SANTIAGO.- Las protestas sociales 
llegaron este miércoles con violencia a zonas acomodadas de Santiago, 
hasta ahora indemnes de las manifestaciones que sacuden Chile y que 
suman 20 muertos.
A dos semanas y media del estallido, cientos de 
personas -en su mayoría jóvenes- llegaron hasta las cercanías del centro
 comercial Costanera Center, el más grande de Sudamérica y que alberga 
la torre más alta de la región, para protestar por reformas sociales y 
en contra del gobierno del derechista Sebastián Piñera. 
Impedidos de avanzar, los manifestantes se expandieron por
 varios puntos del barrio de Providencia, la puerta de entrada al sector
 financiero y las zonas más acomodadas de la capital chilena. Hubo 
fogatas, saqueos a una farmacia y al menos dos bancos, y enfrentamientos
 con la policía, además de serios daños al mobiliario público.
Desde temprano, la Policía había acordonado el lugar y la 
administración decidió cerrar las puertas. Locales comerciales 
resguardaron con madera y latones sus vitrinas y durante toda la jornada
 se vivió allí un ambiente de gran tensión.
"Estamos viviendo un 
nivel de violencia y destrucción nunca antes vistos en la comuna", dijo 
la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei.
A través de mensajes 
anónimos en redes de sociales se convocó a trasladar durante esta 
jornada a los barrios ricos las protestas que se iniciaron el 18 de 
octubre y que se han concentrado en el centro de Santiago.
"Llegó la hora de llegar al oriente", el este acomodado de
 la capital, decía una de las convocatorias, en la que se explicaba que 
era el momento "de que el empresariado sienta el descontento del pueblo"
 y "las clases se unan".
"La gente está más bien triste y asustada
 por cómo retomar la normalidad del país", dijo Andrea Ortega, 
una abogada de 43 años, que dejó su oficina para buscar a sus hijos 
antes de la hora habitual por miedo a los disturbios.
Para Arturo Donoso, un padre de 40 años, "todos entendemos que hay una demanda justa, no porque vivamos aquí no lo sabemos".
Horas
 después, miles de manifestantes volvieron a congregarse en Plaza 
Italia, principal escenario de las protestas desde su estallido, donde 
se registraron incidentes aislados.
Para este miércoles también hubo llamados a protestar en 
las afueras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe 
(Cepal) de las Naciones Unidas, cuya sede en la exclusiva comuna de 
Vitacura representa uno de los mayores íconos arquitectónicos de la 
ciudad.
"Esto tenía que pasar y me conmueve que sean nuestros 
nietos los que hayan tomada la posta de luchar por un Chile que no 
merece estas injusticias", relató ahí con un megáfono Rebeca Pemjean, 
una jubilada de 64 años, exiliada por la dictadura de Augusto Pinochet 
(1973-1990).
En tanto, en la comuna de Renca, un barrio popular en
 el norte de Santiago, una veintena de personas atacó un cuartel 
policial, dejando a cinco efectivos heridos, y camioneros y 
automovilistas bloquearon algunas carreteras en protestas a los peajes 
urbanos.
Junto con las protestas, que 
han perdido masividad y ganado en violencia las últimas jornadas, crecen
 también las denuncias sobre abusos a los derechos humanos por las 
fuerzas del orden.
El martes, dos estudiantes de secundaria 
resultaron heridas con perdigones disparados por policías que ingresaron
 a su liceo. Uno de ellos fue detenido y será imputado.
La 
Fiscalía informó que 14 policías serán acusados por "tortura" contra dos
 personas, uno de ellas menor de edad, durante el estado de emergencia 
decretado por Piñera y vigente los primeros 9 días de protestas.
Consultado
 por la prensa por estas denuncias, Piñera afirmó: "Establecimos 
transparencia total en las cifras, porque no tenemos nada que ocultar".
El
 mandatario aseguró, además, que con la misma contundencia que se 
sancionará a los manifestantes que han provocado disturbios violentos se
 hará con "cualquier exceso que se haya cometido" en el uso de la 
fuerza.
La justicia también 
anunció que admitió a trámite una querella para investigar la supuesta 
responsabilidad de Piñera en crímenes de lesa humanidad cometidos en el 
contexto de las protestas, presentada por organizaciones locales de 
derechos humanos.
El Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH)
 ha interpuesto 181 acciones judiciales por homicidio, torturas y 
violencia sexual supuestamente cometidas por policías y militares. El 
Colegio Médico contabiliza más de un centenar de heridos oculares por el
 uso de perdigones en las protestas.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) 
anunció que realizará una visita al país, sumándose a la misión de la 
Alta Comisionada de ONU para los DDHH que ya está en Chile. 
El 
miércoles, además, varias organizaciones internacionales, entre ellas la
 Organización Mundial Contra la Tortura, arribaron para investigar las 
denuncias.
Junto
 a varios de sus ministros en la sede presidencial de La Moneda, Piñera 
firmó un proyecto de ley que eleva -financiado por el Estado- el salario
 mínimo hasta los 350.000 pesos chilenos (467 dólares), en el marco de 
la agenda social con la que busca aplacar el malestar que no cesa en las
 calles.

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