PEKÍN.- El secretario de Relaciones 
Exteriores mexicano, Marcelo Ebrard, comenzó hoy una visita oficial a 
China con un encuentro empresarial bilateral previo a la reunión que 
mantendrá este martes con su homólogo chino, Wang Yi, para tratar de 
aumentar las exportaciones a China y atraer inversiones de ese país.
En
 el encuentro de este lunes, al que asistieron cincuenta empresarios 
chinos y mexicanos, se trataron casos de éxito y nuevas oportunidades de
 negocio, revelaro fuentes diplomáticas.
Según datos de la Embajada mexicana, el comercio 
bilateral totalizó 90.700 millones de dólares en 2018, convirtiendo a 
China en el segundo socio comercial de México, tras Estados Unidos.
Entre
 los casos exitosos, la misión diplomática mexicana destaca al Grupo 
Bimbo, con fuerte presencia en China, y a la tecnológica china Hisense, 
que tiene su mayor planta en Ciudad Juárez, y que en 2015 compró otra en
 Tijuana para exportar a Canadá, Estados Unidos y al resto de 
Latinoamérica.
El canciller mexicano mantuvo hoy un 
encuentro con el vicepresidente de China, Wang Qishan, quien afirmó que 
ambas naciones deben "profundizar su confianza política mutua, 
intercambiar la experiencia de gobierno y reforzar la cooperación 
pragmática".
Según la agencia oficial Xinhua, Ebrard 
mostró "admiración" por el desarrollo de China y expresó la voluntad de 
México de mejorar en cooperación y de hacer "avanzar la asociación 
estratégica integral México-China".
El político del 
país americano había anticipado antes de su gira asiática -también 
participó en la cumbre del G20 en Japón- que durante su estancia tratará
 de acelerar el acceso a China de más productos mexicanos, tanto 
agroalimentarios como manufacturas.
Asimismo, el 
subsecretario de Relaciones Exteriores, Julián Ventura, comentó a 
la prensa local que México desea atraer de China, bajo "reglas claras y 
de plena transparencia", inversión productiva en manufactura avanzada, 
movilidad eléctrica y convencional, comercio electrónico, servicios en 
línea y logística.
En agosto de 2018, el presidente 
mexicano, Andrés Manuel López Obrador (conocido como AMLO, por sus 
iniciales), reiteró que la balanza comercial con China es 
"desfavorable", y reclamó "reducirla lo más que se pueda".
Pero,
 en opinión del hispanista Xu Shicheng, investigador del Instituto de 
América Latina, anexo a la Academia de Ciencias Sociales de China, las 
relaciones con China "mejorarán" con AMLO respecto a sus predecesores.
"En
 Osaka, Ebrard se encontró unos minutos con el presidente chino, Xi 
Jinping, lo que da fe del buen momento de las relaciones. Xi ya quiso 
invitar a AMLO para que asistiera al Foro de las Nuevas Rutas de la Seda
 -celebrado en abril en Pekín-, pero AMLO había prometido no viajar al 
exterior durante su primer año de Gobierno. Estoy seguro de que visitará
 China muy pronto", indica.
Xu cree posible que Xi haga una parada en México durante el viaje que tiene previsto a Chile y Brasil el próximo noviembre.
El
 experto valora que las inversiones chinas en México son escasas si se 
comparan con las que reciben Chile, Venezuela o Ecuador, "aunque están 
creciendo, especialmente en minería, energía y la industria automotriz".
Otros
 obstáculos son la falta de un Tratado de Libre Comercio China-México o 
el acuerdo comercial con EE.UU. y Canadá (T-MEC), hasta ahora solo 
ratificado por México, que, según el hispanista, podría frenar los 
negocios chinos en la región.
"Este tratado se une al 
reciente pacto migratorio entre México y Estados Unidos. México importa 
de China muchas piezas para montar automóviles que luego exporta a 
Estados Unidos. Sin embargo, el nuevo tratado exige un porcentaje mayor 
de productos de origen de los tres países. Eso afectaría a China", 
señala.
México tampoco se ha suscrito de manera formal
 a la iniciativa china de las Rutas de la Seda, aunque "hay ya en marcha
 muchos proyectos que podrían clasificarle dentro del marco de 
cooperación del proyecto", según Xu, quien cree que la adhesión podría 
oficializarse cuando ambos presidentes se reúnan.
"AMLO
 no tiene miedo de la presión del presidente estadounidense, Donald 
Trump, respecto a su posición sobre Venezuela. Así que ¿por qué iba a 
tener miedo de firmar un acuerdo comercial de cooperación con China bajo
 el paraguas de esta iniciativa?", argumenta Xu. 

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