FRÁNCFORT.-El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Vítor Constancio, ha advertido del peligro para la economía mundial de que EEUU aplique políticas proteccionistas, después de que Donald Trump ganara las elecciones presidenciales.
Constancio
 ha destacado en una conferencia en Fráncfort los efectos económicos 
negativos que podrían tener esas políticas proteccionistas, que Trump 
anunció cuando estaba en campaña electoral pero todavía no ha 
concretado, tanto para la economía de este país como del resto del 
mundo.
Por ello Europa debe apoyarse en políticas que impulsen la demanda interna y que apoyen el crecimiento, es decir, estímulos fiscales y más reformas en políticas de competencia.
El
 BCE revaluará la situación de nuevo en diciembre y, dependiendo de lo 
que ocurra en los mercados hasta entonces, tendrá algo más qué decir o 
no, según su vicepresidente.
Se mostró preocupado por la inflación de la zona del euro, que todavía está muy lejos del objetivo del BCE, algo por debajo del 2 %.
El
 vicepresidente del BCE hizo hincapié en que "nos gustaría ver un punto 
de inflexión en la inflación subyacente (que descuenta los elementos más
 volátiles como la energía y los alimentos) porque sería un buen 
indicador de que la inflación se beneficia de factores internos".
Es posible que el BCE anuncie en diciembre prolongar sus estímulos monetarios más allá de marzo de 2017.
Constancio
 dijo que "la economía mundial afronta de nuevo un grado de 
incertidumbre anormal y que las consecuencias puede que no sean 
inmediatas".
"La percepción del mercado de que EEUU se embarca en una nueva fase de política fiscal expansionista ha elevado el optimismo" con efectos visibles en los mercados financieros la semana pasada", según Constancio.
El
 vicepresidente del BCE señaló que los mercados consideran que los 
estímulos fiscales "pueden romper la trampa de liquidez que ha 
dificultado el crecimiento en las economías avanzadas".
Por ello 
la semana pasada se produjo un desplazamiento de bonos a acciones: los 
precios de las acciones subieron, mientras que el valor de los bonos en 
todo el mundo cayó cerca de un 1 billón de euros, según Constacio.
Estos
 movimientos se producen porque el mercado considera que los estímulos 
fiscales incrementarán el crecimiento y la inflación más adelante, 
permitiendo una normalización de la política monetaria de EEUU a tipos 
de interés más elevados, añadió.
Anticipando esta evolución, los mercados vendieron bonos, lo que condujo a un incremento de las rentabilidades a largo plazo,
 algo que es bueno para la rentabilidad de los bancos y se reflejó en la
 subida del precio de sus acciones en bolsa la semana pasada.
Pese
 a que muchos comentaristas han dicho que los últimos acontecimientos 
geopolíticos tendrán beneficios económicos, Constancio advierte de que 
será a corto plazo pero "los efectos reales negativos del aumento de la 
incertidumbre pueden venir posteriormente".
Pidió cautela a la hora de sacar conclusiones positivas de estos movimientos
 de los mercados porque puede que no indiquen necesariamente que la 
economía mundial acelerará la recuperación con un crecimiento mayor.
De
 momento, añadió en su discurso, estos movimientos de los mercados 
"apuntan a un incremento del crecimiento económico de EEUU pero en el 
contexto de una política de "primero América".
Por ello, según Constancio, tres factores pueden contribuir a mitigar o, incluso, revertir sus efectos internacionales.
El primero es la posibilidad de un aumento del proteccionismo, duro o suave, que puede reducir el efecto del aumento del crecimiento en EEUU.
Pronosticó
 que "a corto plazo el crecimiento va a crecer en EEUU pero no es seguro
 que ese mayor crecimiento se vaya a traspasar al resto del mundo de la 
forma que lo hacía por el riesgo de proteccionismo".
El comercio 
mundial, que ya es bastante débil, puede colapsar dañando todas las 
economías abiertas que dependen de las exportaciones, según el 
vicepresidente del BCE.
Ya se han visto efectos negativos en algunas economías emergentes como una significativa salida de capitales y depreciaciones de los tipos de cambio, que pueden entorpecer el crecimiento futuro, recordó.
El
 peso mexicano es la divisa que más se ha depreciado desde que Trump 
fuera elegido nuevo presidente de EEUU, pero también lo han hecho otras 
como el rand sudafricano y la lira turca.
"Medidas 
proteccionistas particularmente en contra de grandes economías 
emergentes pueden desacelerar más el crecimiento económico mundial y 
crear inestabilidad en los mercados de divisas", según Constancio.
El
 tercer factor de preocupación se refiere a Europa, que en un primer 
momento se ha beneficiado del contagio positivo con incrementos de los 
precios de las acciones de los bancos pero que ya el viernes bajaron.

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