MARRAKECH.- Los desastres naturales arrastran a la pobreza a 26 
millones de personas al año, reveló este lunes el Banco Mundial durante 
la conferencia sobre el clima (COP22), en la que se anunció que 2016 
volverá muy probablemente a batir récords de calor.
El
 mundo sufre más de medio billón de dólares en pérdidas cada año por 
esos desastres naturales, si se incluye el impacto en el bienestar de 
los pobres, es decir, todos aquellos gastos que dejan de lado, como la 
educación, la salud, la alimentación, porque lo han perdido todo o casi 
todo.
Es la primera vez que un índice internacional 
incluye esa medida de "bienestar", lo que aumenta en un 60% los cálculos
 del impacto de los desastres realizados hasta la fecha por la ONU, que 
eran del orden de 300.000 millones de dólares.
A la hora de contabilizar el impacto de huracanes, 
terremotos o sequías, los más pobres también salen perdiendo: según el 
informe del BM, "el 20% de los más pobres sufren solamente el 11% de las
 pérdidas materiales pero el 47% de las pérdidas de bienestar".
El
 reciente huracán Matthew, por ejemplo, golpeó a Haití y a Estados 
Unidos. Pero en el país más pobre del continente americano, los daños 
fueron estimados en 2.000 millones de dólares, mientras que en el más 
rico, ascendieron a unos 7.000 millones.
Si solo se 
cuentan las pérdidas materiales, advirtió el estudio del BM, siempre 
saldrán ganando los países o regiones más ricas. Contabilizar el 
bienestar permite tener en cuenta esas pérdidas inmateriales, y por ello
 ajustar los programas de ayuda o la financiación, para socorrer ante 
todo a los que más lo necesitan.
El pulso Norte-Sur 
marca tradicionalmente las conferencias sobre el clima de la ONU, y la 
de Marrakech se celebra además bajo una sombra omnipresente: la elección
 a la presidencia de Estados Unidos del republicano Donald Trump.
La
 COP22 debe cerrarse este viernes con una hoja de ruta para aplicar el 
histórico Acuerdo de París de 2015, que comprometió a 196 países a obrar
 para que la temperatura del planeta no aumente más de +2 ºC respecto a 
la era preindustrial.
Pero los participantes en la 
gran cita del clima, que se celebra en la desértica Marrakech, tienen un
 ojo puesto en las negociaciones políticas en el seno del próximo 
gobierno estadounidense.
Trump, un declarado escéptico
 del cambio climático, dispuesto a sacar a su país del Acuerdo de París,
 no ha pronunciado ni una palabra sobre el clima desde que fue elegido.
"Los
 jefes de Estado pueden cambiar, y cambiarán, pero estoy seguro de que 
podemos mantener y mantendremos un esfuerzo internacional durable para 
contrarrestar el cambio climático" dijo en rueda de prensa el actual 
jefe negociador estadounidense, Jonathan Pershing.
El 
secretario de Estado, John Kerry, participará el martes en la 
inauguración del segundo tramo negociador de la COP22, junto a decenas 
de mandatarios y ministros.
Los científicos dieron a la COP22 simultáneamente una buena y mala noticia este lunes.
Por
 un lado las emisiones de CO2, las grandes responsables del efecto 
invernadero, parecen estar controladas. Por tercer año consecutivo se 
mantuvieron estables, con un aumento solamente del 0,2%, según un 
estudio de instituciones del mundo entero denominado Global Carbon 
Project. Brasil y México bajaron de nuevo el nivel de sus emisiones.
Pero
 el planeta registrará "muy probablemente" el año más caluroso que se 
conoce estadísticamente en 2016, con un aumento del +1,2 ºC de su 
temperatura media respecto a la era preindustrial, según la Organización
 Metereológica Mundial (OMM).
Las emisiones parecen 
estar controladas pero al ritmo actual, no es suficiente para detener el
 cambio climático, lo que coincidiría con el aumento de temperatura 
constante detectado por la OMM.
"Hemos utilizado ya 
más de dos tercios de las cuotas de emisión para mantener el cambio 
climático por debajo de dos grados" centígrados, explicó Global Carbon 
Project.
Más allá de +2 ºC, las consecuencias serían desastrosas para el planeta. 
El
 casco polar ártico es el que presenta cambios más inquietantes. "En 
algunas regiones árticas de la Federación Rusa, la temperatura era 
superior en entre 6 ºC y 7 ºC a lo normal" a lo largo del año destacó 
Petteri Taalas, el secretario general de la OMM.
La 
única región continental donde la temperatura fue inferior a lo normal 
está situada en la zona subtropical de Sudamérica (norte y centro de 
Argentina, una parte de Paraguay y de Bolivia).

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