BRUSELAS.- Europa preparaba junto al Fondo Monetario Internacional (FMI)  un plan para evitar el colapso de los bancos irlandeses, que han hecho  escalar el déficit público a niveles astronómicos, en lo que se anuncia  como el segundo rescate en la Eurozona después del de Grecia. 
"La situación es apremiante y muy, muy seria.  No tenemos tiempo que perder", abogó el comisario europeo de Asuntos  Económicos, Olli Rehn, en referencia a esa ayuda que se está diseñando  junto a las autoridades irlandesas, al llegar a una reunión de los  ministros europeos de Finanzas en Bruselas.
"Es esencial restaurar  la confianza en el sistema bancario irlandés por el bien de la  estabilidad financiera en Europa", agregó Rehn, deseando que Dublín se  pronuncie rápidamente sobre si desea activar el plan de rescate.
Expertos  de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el FMI tienen  previsto llegar a Dublín el jueves para intensificar las conversaciones  con el gobierno.
Dublín aceptó esta semana preparar el plan, pero  se resiste por ahora a pedir su activación, pese a las presiones de sus  socios de la Eurozona, preocupados porque los problemas bancarios y la  crisis presupuestaria de Irlanda salpiquen a otros países fuertemente  endeudados, como Portugal.
Los Estados de la Eurozona aprendieron  además las lecciones de la reciente debacle presupuestaria griega,  cuando se hicieron rogar durante meses por Atenas para acudir a su  rescate, encareciendo al final el coste de la ayuda y poniendo en  peligro los propios cimientos de la unión monetaria, blanco de  turbulencias en los mercados.
"Actuaremos de forma determinada y  coordinada para preservar la estabilidad financiera de la Eurozona si la  situación lo requiere, tenemos los medios para hacerlo", prometió el  martes el jefe de fila de los 16 ministros de Finanzas de la zona euro,  Jean-Claude Juncker.
"Pienso que no podremos salir al paso de esta  situación (en Irlanda) sin una ayuda europea", estimó el miércoles el  ministro belga de Finanzas, Didier Reynders, cuyo país preside este  semestre la Unión Europea (UE), integrada por los 16 Estados de la  Eurozona y otros 11 países.
Los bancos irlandeses, que en su  mayoría fueron nacionalizados y recibieron miles de millones de euros  del Estado para superar el estallido de la burbuja inmobiliaria en el  país, siguen necesitando capital para mantenerse a flote.
Los  expertos calculan que esa cifra podría sumar unos 70.000 millones de  euros, sin contar por ahora con un eventual plan de rescate para el  propio Estado, que se enfrenta a un déficit astronómico del 32% del  Producto Interior Bruto (PIB).
Mientras se espera que Dublín se  exprese en los próximos días sobre si acepta una ayuda de la Eurozona y  del FMI para su sistema bancario, Gran Bretaña, que no forma parte de la  unión monetaria, dijo estar dispuesta a contribuir en ese esfuerzo.
"Irlanda  es nuestro vecino más próximo. Es del interés nacional británico que la  economía irlandesa se estabilice y que tengamos un sistema bancario  estable. Por lo tanto, Gran Bretaña está preparada para apoyar a  Irlanda", declaró en Bruselas el ministro de Finanzas, George Osborne.
De  concretarse, sería el segundo plan de rescate que Europa aprueba con el  FMI para un Estado de la zona euro, después de que Grecia se  beneficiara el pasado mayo de la aprobación de un plan de 110.000  millones de euros para sanear sus finanzas públicas.
La UE lanzó  además hace seis meses un mecanismo para socorrer en el futuro a todo  socio en riesgo de bancarrota, dotado de 750.000 millones de euros en  forma de préstamos y garantías, y del que Irlanda podría convertirse en  los próximos días en el primer beneficiario.
Los europeos podrían  movilizar "sumas significativas" de dinero "rápidamente", en un plazo de  cinco a ocho días, precisó el martes Klaus Regling, responsable de ese  fondo.

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