WASHINGTON.- Por tercer mes consecutivo, los precios al consumidor apenas cambiaron  en Estados Unidos, lo que fortalece la posición de la Reserva Federal en  momentos en que defiende su plan de reforzar la recuperación económica  al comprar más deuda del gobierno.
Una inflación baja en extremo fue el mayor  ímpetu para que la Fed decidiese gastar 600.000 millones de dólares en  la compra de bonos del Tesoro. Un reporte el miércoles del Departamento  de Trabajo mostró que la inflación sigue siendo sumamente baja.
Una  fuerte alza de la gasolina elevó el índice de precios al consumidor  0,2% en octubre, el cuarto incremento mensual. Pero si se excluyen los  volátiles costos de alimentos y combustibles, el índice subyacente de  precios al consumidor permaneció sin cambios por tercer mes consecutivo.  En el último año, el índice subyacente ha subido apenas 0,65%, el menor  incremento desde que comenzó a registrarse en 1957.
Los datos se  conocieron el mismo día en que el Departamento de Comercio dijo que la  construcción de nuevas viviendas cayó 11,7% el mes pasado, a una tasa  anual ajustada de 519.000 unidades. Eso se debió mayormente a que la  construcción de departamentos, que representa menos de 20% del mercado,  cayó en más de 40%. La construcción de casas para una familia cayó 1,1%.
Aún  así, la baja fue la peor desde abril del 2009, cuando la construcción  cayó a 477.000 unidades, el menor nivel desde que comenzaron los  registros en 1959.
La construcción de casas y departamentos está  un 77% por debajo de su pico, que se registró en enero del 2006 durante  el auge de la vivienda, con 2.270.000 unidades. Los analistas dicen que  podrían pasar años antes de que la construcción regrese a su ritmo de un  millón de unidades anuales.
La debilidad en el mercado de  vivienda ha sido un lastre para la economía, lo que ha mantenido  frenados los precios. Los consumidores, ante el alto desempleo y el bajo  crecimiento económico, están controlando sus gastos. Las tiendas  minoristas y otras compañías no quieren arriesgarse a perder a su  clientela con un alza de precios.
Muchos economistas y  legisladores republicanos han criticado el programa del banco central de  comprar bonos del Tesoro, ya que dicen que podría causar una inflación  descontrolada. Algunos en la comunidad internacional contienden que la  Fed está esencialmente imprimiendo dinero para rebajar el valor del  dólar y abaratar el precio de las exportaciones estadounidenses.
Pero  otros dicen que la mayor amenaza a la economía estadounidense es la  deflación, una baja extendida en precios y salarios que pudiera devaluar  aún más el valor de las viviendas. Estados Unidos no ha sufrido una  deflación desde la Gran Depresión.

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