RABAT.- El rey Mohammed VI de
Marruecos ha tendido la mano a Argelia para restaurar las suspendidas
relaciones bilaterales durante su discurso a la Nación durante la pasada
noche del sábado con motivo de la celebración del Día de la Fiesta del
Trono, una comparecencia en la que ha defendido sus iniciativas
económicas para levantar el país y aplaudido los nuevos reconocimientos
internacionales a la soberanía marroquí sobre el Sáhara.
En su comparecencia, Mohamed VI ha
aplaudido la «seriedad y legitimidad» exhibidas por su cuerpo
diplomático sobre la cuestión del Sáhara y que ha desembocado en
«sucesivos reconocimientos de la soberanía de Marruecos», siendo el
último de los mismos «el manifestado por el Estado de Israel».
Ayer, además, se conoció la decisión de
República Dominicana de reconocer la soberanía marroquí, según hizo
saber el Gobierno en un comunicado esta pasada noche, coincidiendo
prácticamente con el discurso del monarca.
Sin embargo, reiteró con fuerza que «con
idéntica seriedad y firmeza, afirmamos la inamovible posición de
Marruecos con respecto a la justicia de la causa palestina y a los
legítimos derechos del pueblo palestino hermano de establecer su Estado
independiente, con Al Qods oriental como capital, lo que puede
garantizar la seguridad y estabilidad para todos los pueblos de la
región».
Marruecos y Argelia rompieron relaciones en agosto de 2021.
Así las cosas y dos años después, el
monarca alauí ha vuelto a tender la mano al Gobierno argelino con el
interés de «establecer sólidas relaciones con los países hermanos y
amigos, especialmente con los países vecinos».
Ya al final de su discurso, Mohamed IV
ha querido asegurar a los «hermanos argelinos», tanto a los dirigentes
como al pueblo, que «Marruecos jamás será origen de cualquier daño o
perjuicio», y aprovechó para transmitir a Argel «la enorme importancia
que otorgamos a los vínculos de afecto, amistad, intercambio y
comunicación entre nuestros dos pueblos».
«A Dios Todopoderoso imploramos para que
todo vuelva a la normalidad, y que se abran las fronteras entre
nuestros dos países y pueblos vecinos y hermanos», ha remachado el
monarca.
SITUACIÓN ECONÓMICA
Ya en el aspecto económico, Mohamed VI
ha reconocido «las consecuencias de la crisis que actualmente está
viviendo el mundo y los sucesivos años de sequía registrados» en
Marruecos, que «han contribuido al aumento del costo de la vida y a la
ralentización de la dinámica del crecimiento económico».
Frente a ello, el monarca ha recordado
que ha recomendado al Gobierno la adopción de las medidas necesarias a
fin de paliar sus efectos negativos «sobre las categorías sociales y
sectores más afectados, garantizando el abastecimiento de los mercados
con los productos de primera necesidad».
«Nos hallamos ante la acuciante
necesidad de obrar con seriedad, infundiendo confianza y aprovechando
las nuevas oportunidades a fin de potenciar la resiliencia y la
recuperación de la economía nacional», ha indicado el rey, quien ha
marcado un énfasis particular en la crisis hídrica al avisar a los
responsables directos de la gestión del agua de que no tolerará ningún
tipo de negligencia.
«En este sentido, llamamos a un
seguimiento riguroso de todas las etapas de la implementación del Plan
Nacional del Agua 2020-2027, insistiendo en que no vamos a tolerar
ningún tipo de mala gobernanza o gestión, ni cualquier uso anárquico o
irresponsable del agua», ha remachado.
El monarca destacó el proyecto de la
Inversión Verde de la Oficina Jerifiana de Fosfatos y el fortalecimiento
del sector de las energías renovables. También el proyecto de “Oferta
de Marruecos” en el ámbito del hidrógeno verde.
«Así pues, invitamos al gobierno a su
pronta implementación, con la calidad requerida y del modo que garantice
la valorización de las potencialidades que ofrece nuestro país,
respondiendo a los proyectos de los inversores mundiales en este
prometedor ámbito», instó el Rey
Asimismo, y con el fin de completar la
obra de la protección social, dijo que esperaban iniciar, a finales de
este año, tal y como fue establecido, el pago de las prestaciones
sociales a favor de las familias concernidas.
«Este paso constituirá, con la ayuda de
Dios, un pilar básico para nuestro Modelo de desarrollo y social, a fin
de preservar la dignidad de los ciudadanos en todas sus dimensiones»
aseguró.
El monarca sintetizó el sentido marroquí de los desafíos venideros y sostuvo la necesidad de cuidar los pilares de los mismos:
• Primero: el apego a los valores religiosos y patrióticos, así como a nuestro eterno lema: Dios-Patria-Rey;
• Segundo: el aferramiento a la unidad nacional e integridad territorial del país;
• Tercero: la preservación de los vínculos familiares y sociales, en aras de una sociedad solidaria y cohesionada;
• Cuarto: la perseverancia en nuestro
proceso de desarrollo, con el fin de realizar el progreso económico y
consolidar la justicia social y espacial.
MUNDIAL DE FÚTBOL
En el 24º aniversario del acceso del
Soberano al Trono, Mohammed VI destacó la cohesión y armonía permanente
entre la casa real y el pueblo «que ha permitido a Marruecos establecer
un Estado-nación, con raíces arraigadas en las profundidades de la
historia».
Destacó, además, que los marroquíes sean
«bien conocidos por sus virtudes de sinceridad y optimismo, por su
tolerancia y apertura, y por sentirse orgullosos de sus ancestrales
tradiciones y su identidad nacional unitaria». También por su «seriedad y
por afanarse en el trabajo».
«Efectivamente, hoy nuestro proceso de
desarrollo ha alcanzado un nivel de adelanto y madurez, que requiere
dicha seriedad, a fin de impulsarlo hacia una nueva etapa, en la que se
inauguren horizontes más amplios de reformas y grandes proyectos que los
marroquíes merecen» señaló el monarca.
Destacó, en esa línea, que «cuando a la
juventud marroquí se le reúnen las condiciones y se arma con la seriedad
y el patriotismo, consigue siempre impresionar al mundo con grandes
realizaciones inéditas, como la que consiguió la selección nacional en
la Copa del Mundo» y que ese espíritu los animó a presentar la
candidatura compartida con España y Portugal para el 2030.
«Se trata de una candidatura sin
precedentes, que une dos continentes y dos civilizaciones, África y
Europa, y une las dos orillas del Mar Mediterráneo, portando las
ambiciones y aspiraciones de los pueblos de la región de alcanzar mayor
cooperación, comunicación y entendimiento».