Owji afirmó que el objetivo del «enemigo» era dañar la distribución
de gas a la población, un plan que en su opinión fue detenido. «Gracias a
dios estábamos totalmente preparados y esta acción maligna no ocurrió
en las ciudades», añadió el ministro.
Owji ya atribuyó a «sabotaje y terrorismo» pero sin acusar a ningun
país las explosiones ocurridas el pasado 14 de febrero en dos gasoductos
el condado de Borujen (centro) en la provincia de Chaharmahal y
Bakhtiari, por una parte, y Khorrambid (sur) en la provincia de Fars,
por otro lado.
Como consecuencia de esos ataques, las industrias y compañías de la
provincia de Lorestán (oeste) cerraron durante varias horas, informó
entonces agencia estatal IRNA.
Las explosiones en los dos gasoductos se produjeron en un momento de
fuertes tensiones en Oriente Medio a causa de la guerra en Gaza.
Irán lidera el llamado Eje de la Resistencia, una alianza informal
formada por organizaciones militantes como Hizbulá, los rebeldes hutíes,
el movimiento islamista Hamás, la Yihad Islámica y las milicias en Irak
y Siria, entre otros grupos.
Esa alianza tiene un fuerte carácter contra Estados Unidos e Israel,
país al que Irán ha acusado de llevar a cabo sabotajes y asesinatos en
su territorio.
El pasado diciembre Irán acusó a Estados Unidos e Israel de estar
detrás de un ciberataque que paralizó el setenta por ciento de las
gasolineras del país «para hacer sufrir» al pueblo iraní.
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