BRUSELAS.- El presidente de la Comisión Europea, José 
Manuel Durao Barroso, ha enviado este miércoles una carta a los jefes de
 Estado y de Gobierno de los Veintisiete en la que les pide que en la 
próxima cumbre del 22 de mayo aceleren las iniciativas para combatir el 
fraude fiscal, en particular el intercambio automático de información.
   "En un momento de consolidación fiscal, los Estados miembros no 
están obteniendo el máximo de los ingresos fiscales y la cuestión de la 
equidad es absolutamente prioritaria", resalta Barroso en la misiva. 
Según los cálculos de Bruselas, los países de la UE sólo recaudan el 50%
 de los ingresos de IVA a su disposición debido al fraude. España ocupa,
 junto con Grecia, el último lugar de la clasificación porque sólo logra
 el 40% de los ingresos posibles.
   El presidente de la Comisión pide a los líderes europeos que 
faciliten la aprobación de las medidas para combatir el fraude, en 
particular la nueva directiva sobre fiscalidad del ahorro, bloqueada 
hasta ahora por Luxemburgo y Austria. Luxemburgo ha anunciado que en 
2015 levantará el secreto bancario, pero Viena sigue resistiéndose. 
Otras iniciativas prioritarias a juicio de Barroso son la elaboración de
 una lista europea de paraísos fiscales y la lucha contra la 
planificación fiscal agresiva que utilizan las multinacionales para 
eludir el pago de impuestos.
   "Durante años, la UE ha hecho del principio del intercambio 
automático de información el núcleo de su planteamiento. Es importante 
hacer extensivo este principio a todas las formas de ingresos", señala 
Barroso, que anuncia que Bruselas tiene previsto presentar una nueva 
propuesta legislativa para ampliar el alcance de este intercambio de 
información. A su juicio, la UE debe acordar una posición "sólida" en el
 G-8, G-20 y la OCDE para que el intercambio automático de información 
"se convierta en la nueva norma mundial".
   La política energética será el segundo tema en la agenda de la 
cumbre del 22 de mayo y Barroso pide a los líderes europeos avances 
hacia "un mercado de la energía plenamente operativo, interconectado e 
integrado. Dicho mercado es imprescindible para la competitividad 
europea y no debe estar fragmentado". 
   La actual fragmentación provoca que las empresas y los 
consumidores de la UE paguen precios muy diferentes por la electricidad 
según el Estado miembro en que se encuentren. España se sitúa cerca de 
la media de la UE en ambos casos, según los cálculos de Bruselas, y 
aplica correctamente las reglas comunitarias sobre electricidad, gas y 
energías renovables, aunque no la de eficiencia energética de los 
edificios.
   "En nuestras manos está parte de la solución a los elevados 
precios de la energía: culminar nuestro mercado interior de la energía y
 aplicar la legislación existente", sostiene Barroso en su carta. 
"Debemos dar pasos urgentes para facilitar la inversión pública y 
privada sostenible, incluso a nivel de la UE, en nuestra infraestructura
 energética, que constituye la espina dorsal de nuestro mercado interior
 de la energía", apunta.

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