BRUSELAS.- La Comisión Europea ha presentado este 
miércoles una norma que obligará a los bancos a aumentar la 
transparencia sobre las comisiones que cobran por el mantenimiento de 
una cuenta corriente con el fin de facilitar a los clientes la 
comparación entre diferentes ofertas y forzar así bajadas de precios.
   España es el segundo país de la UE donde resulta más caro mantener
 una cuenta corriente, con un coste anual de casi 200 euros, sólo 
superado por Italia (244 euros). En contaste, en Holanda, Luxemburgo y 
Bélgica las comisiones son inferiores a 50 euros anuales, según un 
estudio de Bruselas que data de 2009.
   La directiva, que tiene que ser aprobada por el Ecofin y por la 
Eurocámara, obligará a las entidades a facilitar a sus clientes un 
cambio a una cuenta de otro banco en un plazo máximo de 15 días 
(ampliable a 30 días si se trata de otro Estado miembro) sin ningún 
coste. España es también uno de los Estados miembros donde resulta más 
difícil cambiar de cuenta, según Bruselas.
   "Al hacer más fácil la comparación de las comisiones y el cambio 
de cuenta bancaria, esperamos ver mejores ofertas por parte de los 
bancos y una reducción de los costes", ha dicho el comisario de 
Servicios Financieros, Michel Barnier.
   El Ejecutivo comunitario ha decidido proponer legislación para 
reducir los costes de las cuentas bancarias tras constatar el fracaso de
 las iniciativas de autorregulación por parte de la industria y de la 
recomendación que la propia Comisión elaboró en julio de 2011. "Las 
mejoras han sido limitadas", admite Bruselas.
   "Los consumidores todavía lo tienen difícil para comparar ofertas y
 precios de las cuentas de ahorro de diferentes proveedores de servicios
 de pago. Incluso cuando la comparación es posible, el proceso de cambio
 de su cuenta a otra diferente es complejo y poco fiable", sostiene la 
Comisión.
   La directiva obliga a los bancos a ofrecer a todos su clientes un 
documento de información sobre comisiones, que deberá incluir los 
servicios más comunes y las tarifas de cada uno de ellos. Además, las 
entidades deberán enviar una factura con todas las comisiones cargadas 
durante los doce meses previos. Los documentos se elaborarán utilizando 
una terminología y formato estandarizado, para facilitar la comparación 
entre las ofertas de diferentes entidades.
   Finalmente, la norma exige que en cada Estado miembro haya al 
menos una web independiente de comparación, que recoja toda la 
información sobre las comisiones de los bancos.
   Por lo que se refiere al cambio de cuenta, cuando un cliente pida 
transferir todas o parte de sus órdenes permanentes de pago (como 
transferencias o facturas domiciliadas), los bancos deberán asumir todos
 los pasos necesarios para hacerlo. Los consumidores también podrán 
pedir la transferencia del dinero que quede en la vieja cuenta y su 
cierre.
   Los bancos deberán completar este procedimiento en un máximo de 15
 días (30 días si el cambio se hace entre bancos situados en diferentes 
países de la UE) sin ningún coste. Finalmente, las entidades deberán 
informar a los consumidores de su derecho a cambiar de cuenta.
   La directiva garantiza también el derecho de todos los ciudadanos 
europeos a abrir una cuenta corriente en cualquier banco en la UE con un
 mínimo de servicios básicos, incluso si no son residentes en el país 
donde la entidad tiene su residencia. El banco no podrá utilizar la 
situación financiera de la persona como argumento para rechazar una 
cuenta.
   El 14% de los ciudadanos de la UE no tienen acceso a una cuenta 
corriente, un porcentaje que en el caso de España se reduce al 7%. En 
Dinamarca y Finlandia todos los ciudadanos tienen cuentas corrientes 
mientras que en Rumanía el porcentaje se dispara hasta el 55%.

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