SANTIAGO.- Con
cortes de tráfico, barricadas callejeras, un autobús quemado y una
persona atropellada comenzó en Chile el primer lunes de marzo, que
supone el regreso a la actividad tras el verano austral y, este año,
también la intensificación de las protestas sociales después del periodo
estival.
Ya
en la noche del domingo se registraron algunos cacerolazos desde los
balcones de diversas viviendas de ciudades como Santiago, Valparaíso y
Concepción, y en la madrugada algunas barricadas con unas pequeñas
llamas cortaban el tráfico en algunos puntos de la capital y en otras
zonas del país, como Antofagasta.
En algunos lugares hubo enfrentamientos entre manifestantes y agentes policiales del cuerpo de Carabineros.
Uno
de los incidentes más graves tuvo lugar en la comuna de Maipú, a las
afueras de Santiago, donde un autobús de transporte urbano atropelló y
acabó con la vida de un peatón.
El
conductor se entregó voluntariamente a la policía y dijo que el hecho
se produjo cuando intentaba huir de un ataque de encapuchados.
También en la capital, un bus fue quemado después de que sus pasajeros fuesen obligados a desalojar el vehículo.
Las
movilizaciones en Chile comenzaron el 18 de octubre del año pasado en
reclamo de un modelo económico más justo y dejaron episodios de
violencia extrema con saqueos e incendios y hasta ahora al menos 30
muertos.
A
raíz de esos episodios empezó a haber señalamientos por presuntas
violaciones a los derechos humanos por parte de las fuerzas de seguridad
a la hora de contener las manifestaciones.
Durante
el verano, las protestas quedaron relegadas casi exclusivamente a los
viernes pero amenazan con recrudecerse con la llegada de la actividad
normal en marzo.
"Creo
que la represión va a ser mucho mayor en marzo porque muchos
santiaguinos que estaban de vacaciones hoy retornaron a sus rutinas, por
lo que habrá mucha más gente en las calles que en enero y febrero",
dijo la joven fotógrafa Javiera Muñoz cerca de la Plaza Italia,
núcleo de las manifestaciones de los últimos 4 meses y medio.
Pese
a las medidas sociales anunciadas por el Gobierno y al plebiscito sobre
una nueva Constitución que tendrá lugar el próximo 26 de abril, muchos
ciudadanos siguen mostrando descontento en las calles y la crisis parece
lejos de solucionarse.
"Yo
creo que este mes va a ser más masivo. La gente ha tenido tiempo de
desarrollar las ideas. Este marzo cambiará Chile y después viene el mes
de abril, así que será como darle el empuje para cambiar la
Constitución, que está hecha solo para la gente de arriba", afirmó
Freddy Campos, que se define como miembro de la denominada "Primera
Línea" de las protestas.
A
su lado, Elizabeth Barahona, empleada pública de 63 años, declaró su
apoyo a los jóvenes que protestan "porque no se quedan callados, a
diferencia de lo que ocurría en dictadura" y auguró una gran marcha para
el 8 de marzo: "Ojalá haya tanta gente que el domingo dejemos "la
cagada" (un gran alboroto)".
Por
redes sociales circula un calendario con movilizaciones prácticamente
cada día de marzo, con marchas estudiantiles, por el medio ambiente, por
el pueblo indígena mapuche o en contra del actual sistema de pensiones.
"Es
la única manera que tenemos de poder proponer cambios y hacer notar
nuestro descontento acumulado a lo largo de los años", señaló
Angelo Molina, tras expresar que "cualquier movilización" desde el
inicio de la crisis social se ha "criminalizado" por parte del Gobierno.
En
una entrevista con la Televisión Nacional, el presidente de Chile,
Sebastián Piñera, dijo este domingo que el país no estaba preparado para
la violencia que tuvo que enfrentar cuando comenzó el estallido social,
el pasado 18 de octubre, pero que ahora sí lo está.
"Tenemos
más carabineros, mejor preparados, mejor inteligencia, mejor
tecnología, y más carros lanza aguas. Hemos buscado este equipamiento en
todas partes del mundo, estamos mucho mejor preparados que lo que
estábamos en octubre", dijo el presidente.
Piñera,
además, no descartó volver a decretar un estado de excepción en caso de
que así se requiera, tal como hizo en la primera semana del estallido,
permitiendo así que el Ejército se encargase de la seguridad.
"Si
yo estimara que nuevamente es necesario establecer un estado de
emergencia para proteger el orden público, para proteger a mis
compatriotas, lo vamos a hacer", afirmó.
Para acometer la vuelta a la actividad tras el verano, Santiago de Chile reforzó su sistema de transporte público.
En
el Metro hay 111 estaciones operativas de 135, lo que equivale a un 82
%. En abril se abrirán 18 estaciones más, llegando así a un 95 % de la
red. En tanto, el último trimestre de 2020 se abrirán las 7 estaciones
restantes teniendo así el 100% de la red de Metro operativa.
Debido
a la contingencia, Metro está reforzando los portones de acceso a las
estaciones, instalando cámaras anti vandálicas al exterior de las
estaciones y reforzando portones y casetas de acceso a talleres.
La
flota de autobuses urbanos también se ha reforzado con un incremento de
un 20 % con respecto a la flota que operó durante el verano, además se
han implementado rutas de apoyo para las líneas de Metro que más sufren y
ven interrumpido su servicio con las protestas.