WASHINGTON.- El esperado
 anuncio del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de que 
retirará al país del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) pone en 
entredicho la viabilidad del pacto, extremo del que venían advirtiendo 
los líderes de algunos de los socios.
Aunque la voluntad de Trump de salir del pacto ya había sido
 adelantada, en un vídeo de apenas dos minutos el presidente electo ha 
confirmado que entre sus primeras acciones tras ser investido en enero 
estará la de emitir una "notificación de intención para retirarnos del 
TPP, que es un desastre potencial para nuestro país".
Con este anuncio, Trump echaba por tierra uno de los acuerdo
 comerciales internacionales más ambiciosos, y que suponía uno de los 
ejes de la política comercial del presidente saliente de EE.UU., Barack 
Obama, en su giro hacia Asia.
Las reacciones entre varios de los firmantes del pacto 
(Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Estados Unidos, Japón, Malasia, 
México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam) no se han hecho 
esperar.
Uno de los más vehementes fue el Gobierno de Japón, que 
consideró hoy que el acuerdo "no tiene sentido sin Estados Unidos", ya 
que se trata de la primera economía mundial.
"El equilibrio fundamental de ventajas (comerciales) se 
vendría abajo y renegociarlo de la misma manera resulta imposible", dijo
 en rueda de prensa el ministro portavoz del Ejecutivo nipón, Yoshihide 
Suga.
Al respecto se mostraron de acuerdo los analistas económicos que consideran certificada la muerte del TPP.
"Sí, lo está. En principio otros países pueden continuar sin
 Estados Unidos, pero dudo que pueda navegar todo el complejo proceso 
doméstico de ratificación sin la recompensa del acceso al mercado 
estadounidense al final", explicó a Efe Jacob Kirkegaard, investigador 
del Peterson Institute for International Economics, un centro de 
estudios en Washington.
El propio portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, aseguró 
que la retirada anunciada es "trágica", ya que supone "una oportunidad 
perdida" y tendrá "efectos negativos" para las empresas y trabajadores 
estadounidenses.
"Es una verdadera pena. Es trágico y profundamente 
desalentador, ver cómo se da marcha atrás a estas políticas", indicó 
Earnest en su comparecencia diaria ante los medios.
A su juicio, el anuncio de Trump implica además que la 
influencia de Washington en la cuenca del Pacífico queda reducida y abre
 la puerta a que China dé un paso al frente para impulsar sus propios 
acuerdos.
Desde luego, apuntó Kirkegaard, China "buscará ahora 
implicarse con el resto de Asia bajo la asunción de que Estados Unidos 
no es un socio económico de confianza para la región como previamente 
habían creído".
El TPP, cuya negociación llevó más de seis años y se firmó a
 comienzos de 2016, debía ser ratificado aún por el Congreso 
estadounidense, algo que los líderes legislativos ya han dicho que no 
someterán a votación antes de la llegada de Trump a la Casa Blanca.
Algunos de los miembros del TPP, no obstante, han tratado de
 mantener vivo el espíritu del acuerdo y han expresado su disposición a 
continuar.
Es el caso de Chile, cuya directora general de Relaciones 
Económicas Internacionales (Direcon), Paulina Nazal, aseguró hoy que 
mantiene su apuesta por el Acuerdo Transpacífico después de conocerse la
 confirmación por parte de Trump de la retirada de su país.
Australia manifestó su intención de proseguir con la 
viabilidad del pacto comercial y su primer ministro, el liberal Malcolm 
Turnbull, sostuvo que el TTP es un "importante compromiso estratégico" 
para los países firmantes.

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