BRUSELAS.- El Mercosur es una "Unión
 aduanera imperfecta". La frase se repite como un mantra en la historia 
de este bloque creado en 1991 con un objetivo de integración comercial 
que ha avanzado lento y que ahora podría encontrar un nuevo impulso con el 
acuerdo alcanzado hoy con la Unión Europea.
Especialistas
 coinciden en que además de los beneficios comerciales que Argentina, 
Brasil, Paraguay y Uruguay podrían obtener del acuerdo con la UE, el 
pacto funcionaría como catalizador institucional para un bloque 
anquilosado en el que habitan 264 millones de personas con un PIB que es
 casi 1/8 del de su contraparte europeo.
"A casi 30 años de su creación no
 se alcanzó ni siquiera el escenario de Unión Aduanera" en el Mercosur,
 explica Nicolás Albertoni, experto en Comercio en la Universidad del 
Sur de California.
Significa que si bien existe un Arancel Externo
 Común (AEC), las excepciones son demasiadas y por eso se habla de 
"imperfecta": los países miembros aplican aranceles propios en lugar de 
un AEC cuando negocian con terceros, abunda.
"El Mercosur no ha 
consolidado su unión aduanera ni su mercado común; cuenta con una zona 
de libre comercio precaria, ya que tiene excepciones (sector automotor y
 azúcar por ejemplo), y aún cuenta con un nivel muy elevado de barreras 
no arancelarias que afectan el crecimiento del comercio intrarregional",
 dice por su parte Ignacio Bartesaghi, experto en Comercio y Mercosur de
 la Universidad Católica de Montevideo, donde se encuentra la sede del 
bloque sudamericano.
"Los dos (Mercosur y UE) ganan, uno más en agricultura y el otro más en productos industriales y servicios", según Bartesaghi.
Más
 allá de lo comercial, los especialistas coinciden en los beneficios 
colaterales de un acuerdo de esta magnitud en una era en la que el 
proteccionismo gana terreno en plena guerra comercial entre China y 
Estados Unidos.
"Debe tenerse en cuenta 
los efectos dinámicos de este tipo de acuerdos: la mejora que puede 
traerle al Mercosur en los niveles de competitividad, eficiencia, 
calidad institucional, captación de inversiones", agregó Bartesaghi.
Y
 vaticinó que "ayudará a mejorar la cohesión del bloque, apuntalará su 
modernización y convertirá al bloque en un mercado más atractivo para 
Japón, Corea del Sur y hasta el propio Estados Unidos, que mirará con 
interés avanzar en negociaciones con el Mercosur".
"Más allá del acceso a mercados (...) este acuerdo puede 
transformarse en una enorme señal para el comercio global, hoy anclado 
en una retórica proteccionista", acotó en tanto Albertoni.
"Para 
la Unión Europea, implica dar un enorme paso en su relación con América 
Latina, ya que ahora sí tendría acuerdos prácticamente con todos los 
países de la región y eso tiene impactos geopolíticos en China y Estados
 Unidos", concluyó Bartesaghi.
El Mercosur se ha convertido para 
sus socios en un corsé, ya que la normativa interna impide que avancen 
en acuerdos bilaterales sin la anuencia de los demás miembros, algo que,
 de existir convergencia política, podría modificarse. 
En el caso del 
acuerdo con la UE, el Mercosur negoció en bloque tratando de conciliar 
los intereses de cada país, aunque en todos los casos el comercio 
agrícola fue prioritario.

No hay comentarios:
Publicar un comentario