PARÍS.- Los mercados mundiales, 
dependientes de las inyecciones de liquidez y desconectados de la 
realidad económica, tendrán que lidiar en 2015 con tendencias 
divergentes: mientras la Reserva Federal pisará el freno, el Banco 
Central Europeo podría acelerarlo y China abrirse más.
En 2015, 
"al igual que desde hace siete años, serán las intervenciones de los 
bancos centrales las que influyan en los mercados", resume Romain 
Boscher, responsable de la gestión de acciones en la agencia Amundi. 
En
 un intento de reactivar la economía, desde hace varios años, los 
grandes bancos centrales han inyectado cuantiosas sumas de dinero en el 
sistema, han bajado los tipos de interés a mínimos históricos y algunos 
han comprado a los actores del mercado algunos activos.
Las 
bolsas, constantemente irrigadas con esos flujos, han salido bastante 
airosas y la prima de riesgo de las deudas soberanas ha bajado, pero en 
la economía real, la situación no es tan de color de rosa. Wall Street 
ha logrado grandes subidas, Europa se prepara para terminar el año en 
alza, pese a un crecimiento raquítico y la Bolsa de Japón ha subido.
En
 2015, las cosas serán parecidas, salvo que la política de los bancos 
centrales cambie, dice Mathieu L'Hoir, estratega del banco Axa IM.
La
 Fed ha empezado a cambiar su política monetaria con la recuperación de 
la economía estadounidense y se espera que suba los tipos de interés en 
2015. El Banco de Inglaterra opta por el 'statu quo'.
Los mercados buscarán en otras partes sus dosis de liquidez: el BCE   se dispone a hacer una entrada contundente a principios de año, 
sumándose al Banco de Japón (que compra muchos activos) e incluso el 
banco central chino ha empezado a bajar las tasas en noviembre.
"El
 BCE está atado de pies y manos y va a tener que hacer algo. Es urgente 
dada la evolución de la inflación", demasiado baja, predice L'Hoir.
Una
 nueva expansión cuantitativa del BCE beneficiará, sin duda, 
directamente a los mercados europeos, sobre todo que en general se 
acompaña del debilitamiento de la moneda, en este caso el euro, lo que 
dará un respiro a las empresas del continente.
"El centro de 
gravedad de los bancos centrales vuelve a Europa", que tiene un 
crecimiento decepcionante, según Boscher, para quien "la devaluación del
 euro debería dar un impulso visible en 2015 a los beneficios de las 
empresas".
En general,
 para los economistas del banco holandés ING, "las discrepancias de 
política monetaria podrían hacer que los mercados bursátiles estén menos
 centrados en Estados Unidos".
En el capítulo de riesgos, mas allá
 de los habituales temores geopolíticos (Ucrania), o incertidumbres 
electorales (Reino Unido, España), la acción de la Fed a lo largo del 
año podría causar algún revuelo. 
"La consecuencia de las discrepancias entre los bancos centrales será una mayor volatilidad en los mercados", dice L'Hoir.
Para
 Christopher Low, economista de FTN Financial, "mientras la Fed no se 
deje llevar y no aumente demasiado sus tasas, las bolsas se comportarán 
correctamente", en particular en Estados Unidos.
La restricción 
monetaria estadounidense y la subida del dólar que va a la par se 
resentirá en todo el mundo, en particular en los países emergentes, muy 
dependientes del billete verde. "Cuando hay un cambio de política 
monetaria en Estados Unidos, hay un cambio de política monetaria 
mundial", recuerda L'Hoir.
Sin embargo, el impacto en los 
emergentes "será mucho menos violento que lo que habíamos vivido en la 
segunda mitad de 2013", cuando la Fed dejó entrever que pondría fin a su
 política de expansión cuantitativa.
Algunos países emergentes 
podrían encajar mejor este cambio debido a la caída del precio del 
petróleo. "El petróleo es una especie de reestructuración presupuestaria
 masiva a nivel mundial, en particular en aquellos países que 
subvencionan la energía", según L'Hoir, un escenario muy favorable para 
India y el sureste asiático, pero menos para Rusia.
Fuera de los 
bancos centrales, los mercados podrán contar en 2015 con la apertura 
financiera de China, con el proyecto 'Shanghai-Hong Kong Stock Connect' 
lanzado en noviembre de 2014 y que permite a los inversores del mundo 
entero el acceso directo a las acciones chinas. "China está dando lugar 
al segundo mayor mercado bursátil mundial", dice Boscher, pero aunque 
"tardará años en ponerse en marcha, sólo puede favorecer a los 
inversores internacionales", concluye.

 
 
 
 
 
 
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