TEHERÁN.- El Ministerio de Asuntos Exteriores 
iraní negó hoy la implicación de su país en los ataques del sábado 
contra la petrolera saudí Aramco y denunció planes de servicios de 
inteligencia para "destruir la imagen" de Irán.
El 
portavoz de Exteriores, Abas Musaví, calificó en un comunicado las 
acusaciones de Estados Unidos sobre la responsabilidad iraní en los 
citados ataques de "sin sentido".
Dos refinerías saudíes de Aramco sufrieron ataques con 
drones el sábado que supusieron una reducción de cerca del 50 % en su 
producción y que fueron reivindicados por los rebeldes hutíes yemeníes, 
que cuentan con el apoyo de Irán.
El secretario de 
Estado estadounidense, Mike Pompeo, acusó a Irán de haber lanzado "un 
ataque sin precedentes contra el suministro de energía del mundo", 
indicando que "no hay evidencias" de que esa ofensiva tenga su origen en
 el Yemen.
Musaví dijo que esas "acusaciones ciegas" 
carecen de "un mínimo de credibilidad" y que los estadounidenses tienen 
tendencia a "la mentira máxima".
"Este tipo de 
medidas se parecen más a los planes de las agencias de inteligencia para
 destruir la imagen de un país (Irán) con el objetivo de allanar el 
camino para llevar a cabo algunas acciones en el futuro", advirtió.
El portavoz destacó que "los yemeníes han mostrado su resistencia" ante
 los bombardeos de la coalición árabe liderada por Arabia Saudí contra 
los rebeldes hutíes y en apoyo del presidente Abdo Rabu Mansur Hadi.
"La única vía para crear paz en la región y para acabar con ese 
conflicto en el Yemen es parar los ataques y las violaciones de la 
coalición saudí", afirmó Musaví.
Para ello, también 
es necesario, según el portavoz, "eliminar las ayudas políticas y 
armamentísticas de los países occidentales" a los miembros de esa 
coalición.
Buena parte de las armas que Riad usa en 
el Yemen provienen de manos del Gobierno de Donald Trump, que ha 
ofrecido su apoyo inquebrantable a Arabia Saudí y con quien se ha aliado
 para hacer frente a Irán.
El Gobierno iraní, por su 
parte, asegura que su respaldo a los hutíes es solo político y de 
asesoramiento, pero es acusado por EEUU y otros países de financiar y 
armar a los rebeldes.
La guerra del Yemen comenzó a 
finales de 2014 cuando los rebeldes se hicieron con el control de Saná y
 se generalizó en marzo de 2015 con la intervención de la coalición 
liderada por Arabia Saudí.

No hay comentarios:
Publicar un comentario