BRUSELAS.- El canciller austríaco, Werner Faymann, ha 
sugerido este miércoles que podría levantar a final de año su veto a la 
nueva norma contra el fraude fiscal, si bien ha advertido de que las 
medidas no deben limitarse a la Unión Europea sino que terceros países 
deben también comprometerse al intercambio de información.
   "Hoy es un mal día para los defraudadores, porque vamos a avanzar 
juntos y creo que a finales de año llegaremos a un acuerdo", ha declarad
 a la prensa Faymann en Bruselas, a su llegada al Consejo europeo en el 
que los líderes quieren redoblar esfuerzos contra la evasión fiscal y el
 fraude. La formulación del acuerdo es "buena" y su Gobierno "puede 
aceptarlo", ha explicado.
   Austria y Luxemburgo son los dos únicos países de la UE que 
mantienen el secreto bancario y el resto de países esperaba emplear la 
cita de este miércoles para presionarles y convencerles de que levanten 
su veto a la nueva directiva, bloqueada desde que Bruselas la propuso en
 2008.
   El primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, ha dicho a 
su llegada a la reunión que su país está dispuesto a abandonar el 
secreto bancario en 2015, pero ha supeditado esta decisión a que la UE 
alcance un acuerdo con Suiza de intercambio de información sobre cuentas
 de no residentes.
   Preguntado por si comparte estas reservas, Faymann ha afirmado 
que, además del intercambio de información en la UE, Austria quiere 
"también un intercambio de datos con terceros países fuera de la UE".
 "Es como con la política medioambiental, hay que predicar con el 
ejemplo", ha añadido.
   El canciller austríaco se ha mostrado satisfecho por el avance de 
la UE contra el fraude fiscal "porque no se le puede explicar a nadie en
 Europa que los contribuyentes paguen paquetes de rescate y otros, que 
tienen mucho dinero, paguen menos impuestos".

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