LISBOA.- El Banco Espírito Santo (BES) anunció unas pérdidas de 3.577 
millones de euros en el primer semestre del año, las más abultadas de 
toda su historia, debido a su exposición a filiales del grupo al que 
pertenece en dificultades contables. En un comunicado enviado a la 
Comisión del Mercado de Valores (CMVM) lusa, la entidad portuguesa 
informa de que los fuertes perjuicios se deben a "factores de naturaleza
 excepcional". 
Según los analistas, estos resultados, que superan los peores 
pronósticos, podrían forzar un nuevo aumento de capital del BES debido a
 que el colchón financiero del banco es de unos 2.100 millones de euros,
 según datos divulgados este mismo mes por la propia entidad.
Contrastan además con los 237,4 millones de euros de pérdidas 
registrados en el primer semestre de 2013 y con los del último 
trimestre, que fueron de apenas unos 89,2 millones de euros. Según el 
banco, una de las razones principales de este grave empeoramiento es el 
aumento de las provisiones "para hacer frente a la exposición ante las 
empresas del Grupo Espírito Santo" y, de esta manera, cubrir eventuales 
pérdidas de deudas contraídas con esas filiales.
También perjudicaron a las cuentas de la entidad los negocios del BES
 Angola (BESA), ya que se produjo una "anulación de los intereses 
incobrables" y se tuvieron que reforzar las provisiones en esta filial 
del banco.
Además, empeoró el riesgo de la cartera de crédito del BES y la 
entidad sufrió pérdidas en su participación en Portugal Telecom (PT), 
entre otros factores.
A pesar de todas estas contingencias, la entidad considera que el 
reciente refuerzo de capital de 1.045 millones de euros puede favorecer a
 los balances del banco.
"El Consejo de administración cree que el refuerzo realizado 
fortalece el balance, crea condiciones para la recuperación económica 
del grupo", precisa el comunicado del BES.
Sin embargo, los ratios de capital "Common Equity Tier I" presentados
 hoy están por debajo de los mínimos exigidos por el Banco de Portugal, 
al situarse en el 5 % frente al 7 % requerido.
Esta misma semana, el regulador luso lanzó un mensaje de 
tranquilidad, al asegurar que puede haber una "solución privada" a 
eventuales insuficiencias del BES, ya que hay inversores interesados en 
ser accionistas de referencia de la entidad.
Al mismo tiempo, tanto el Banco de Portugal como el Gobierno han 
admitido que, como último recurso, el BES siempre podrá recurrir a los 
fondos estatales reservados a la banca en el préstamo de la UE y el 
Fondo Monetario Internacional (FMI).
El BES fue el único de los cinco mayores bancos de Portugal que no 
recurrió a los fondos de apoyo público durante el periodo de asistencia 
financiera internacional (2011-2014), de los que aún hay 6.400 millones 
de euros sin utilizar.
Los resultadosse comunicaron a través del regulador del mercado sin 
la tradicional rueda de prensa, con varias horas de retraso y un día 
después de que se desconvocara la asamblea general de accionistas 
prevista para este jueves. En esa reunión, que ha quedado aplazada sin 
fecha, debía ser ratificado el nombramiento de Vítor Bento, quien asumió
 la presidencia en funciones del BES en sustitución de Ricardo Salgado.
Las expectativas de las pérdidas condicionaron también la evolución 
negativa en la Bolsa de Lisboa, en la que el banco se desplomó un 10 %. 
Las pérdidas han ido en aumento en el banco tras semanas de 
inestabilidad financiera en el seno del Grupo Espírito Santo (GES) por 
los recelos de los inversores sobre la exposición de la entidad 
financiera a otras filiales en dificultades financieras.
De hecho, tres 'holdings' del conglomerado, entre ellos el mayor 
accionista del BES, el Espírito Santo Financial Group (ESFG), han 
solicitado la apertura de un proceso de insolvencia estas dos últimas 
semanas por no poder hacer frente a las obligaciones de sus deudas. 
La 
petición del ESFG se registró el mismo día en el que el expresidente del
 BES Ricardo Salgado fue detenido por su supuesta implicación en una red
 internacional de blanqueo de capitales y fraude. El banquero, que 
presidió el BES durante 22 años, fue puesto en libertad el mismo día 
tras ser interrogado y bajo fianza de tres millones de euros.

 
 
 
 
 
 
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