RÍO DE JANEIRO.- El
 ministro de Economía brasileño, Paulo Guedes, comparó este viernes a 
los funcionarios de Brasil con "parásitos" que, pese a contar con 
beneficios como estabilidad laboral, jubilación "generosa" y reajuste 
salarial anual, desangran al hospedero del que viven y que se está 
muriendo.
La
 comparación fue hecha en un seminario en Río de Janeiro en el que 
defendió la reforma administrativa que el Gobierno del presidente de 
Brasil, el líder ultraderechista Jair Bolsonaro, presentará la próxima 
semana al Congreso para reducir la nómina y eliminar privilegios de los 
empleados públicos.
Guedes
 alegó que los privilegios de los empleados públicos tienen que ser 
restringidos debido a que el Estado está quebrado, su situación fiscal 
es insostenible y la deuda pública está en niveles récords.
"El
 hospedero se está muriendo y ellos se convirtieron en parásitos. El 
dinero no llega al pueblo pero ellos quieren aumentos salariales 
automáticos", alegó.
El
 ministro dijo que la propia población rechaza los privilegios de los 
funcionarios públicos y recordó una encuesta divulgada en diciembre 
pasado en la que el 88 % de los brasileños defiende la posibilidad de 
que el Estado despida a malos empleados.
También
 aseguró que, tras la reforma a las jubilaciones, aprobada por el 
Congreso el año pasado y considerada vital para sanear las deficitarias 
cuentas públicas del país, el Gobierno de Bolsonaro presentará este mes 
al Congreso la reforma administrativa y una reforma tributaria, 
igualmente destinadas a reducir el tamaño y los gastos del Estado.
"El
 clima en el Congreso es muy favorable a estas reformas, al contrario 
del que había el año pasado, cuando presentamos la reforma a las 
jubilaciones", afirmó al dar a entender que considera más fácil la 
aprobación de los dos nuevos proyectos.
De
 acuerdo con datos oficiales, el número de funcionarios en Brasil más 
que dobló en tres décadas, desde 5,1 millones en 1986 hasta 11,4 
millones en 2017.
Según
 un estudio del estatal Instituto de Investigación Económica Aplicada 
(Ipea), mientras que el número de empleados en el sector público se 
incrementó un 125 % en los últimos 30 años, el de trabajadores en el 
sector privado creció un 96 %; y mientras que el salario promedio de los
 funcionarios saltó un 23,5 % en el período analizado, el de los 
empleados privados se mantuvo estable.
El
 fuerte crecimiento del tamaño del Estado provocó que el costo de los 
funcionarios públicos en Brasil en 2017 ascendiera a 750.900 millones de
 reales (unos 174.627,9 millones de dólares), el equivalente al 10,5 % 
del producto interior bruto (PIB) del país.
Otro
 estudio divulgado en octubre pasado por el Banco Mundial mostró que el 
salario de un funcionario en Brasil es en promedio un 96 % superior 
(casi el doble) al de un profesional con cargo semejante en la 
iniciativa privada de la misma área.
Para
 el organismo multilateral, los reajustes salariales por encima de la 
inflación que el Estado concede a sus funcionarios aun en períodos de 
recesión y caída de recaudación son la principal causa para el aumento 
del valor de la nómina en los últimos años.
El
 elevado déficit fiscal de Brasil y la enorme deuda pública se han 
convertido en dos de los principales desafíos del Gobierno de Bolsonaro,
 que ha adoptado diferentes medidas de corte liberal para reducir los 
gastos públicos y reducir el tamaño del Estado.

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