MADRID.-  El sector español de la construcción ha unido sus 
fuerzas tras cinco años de crisis para pedir al Gobierno un plan de 
reactivación similar al que se ha puesto en marcha en el sector del 
automóvil, con una inversión de hasta 9.000 millones de euros en los 
próximos tres años con los que esperan crear 240.000 empleos, así como 
otras medidas de "desregulación" para dar salida al 'stock' de 650.000 
viviendas vacías que estrangula al sector.
   Estas propuestas se incluyen en un plan de acción consensuado que 
se ha presentado en la sede de la CEOE, en el marco de la feria 
barcelonesa Construmat (21 y el 24 de mayo), para reactivar un sector 
que arrastra 1,5 millones de parados y 170.000 empresas cerradas desde 
el estallido de la 'burbuja' inmobiliaria y la caída de la inversión 
pública.
   El sector parte de que, asumidos los errores propios de la fase 
alcista, el sector de la construcción sigue siendo imprescindible para 
salir de la crisis y crear empleo. Así, el presidente de la 
Confederación Nacional de la Construcción (CNC), Juan Lazcano, ha dicho 
durante la presentación que "no se podrá recuperar el empleo si no se 
recupera la construcción".
   Por ello, desde "la envidia sana" al sector del automóvil, también
 ha reclamado al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que celebre una
 cumbre con el sector en el marco de la Feria Construmat.
   Antes de poder reunirse con el jefe del Ejecutivo, Lazcano ha 
reclamado de antemano que "cualquier holgura presupuestaria" que pudiera
 haber, por efecto por ejemplo de la reducción del coste de la deuda, 
"sería oportuno dedicarla al sector".
   Así, el sector pide un plan de choque con una inversión pública en
 infraestructuras de 1.500 millones de euros en 2013, 3.000 millones en 
2014 y 4.500 millones en 2015, lo que, a razón de 16 empleos nuevos por 
cada 600.000 euros invertidos, permitiría generar 240.000 empleos en 
tres años. 
   Según Lazcano, se trata de un inversión "modesta", ya que la 
situación del 'ladrillo' haría necesaria una inversión "cuanto antes" de
 hasta 10.000 millones de euros, el equivalente al 1% del PIB. Asimismo,
 el sector reclama un pacto concertado de inversión en obra pública para
 apostar por la eficiencia, la transparencia y la estabilidad en la 
licitación de las obras.
   En el ámbito residencial, otras de las propuestas persiguen la 
"desregulación normativa" para dar salida a las cerca de 650.000 
viviendas en 'stock'. Según ha explicado Lazcano, esta desregulación 
podría contemplar que las viviendas protegidas vacías -15.000, según 
cifras del sector-- puedan ponerse en el mercado libre, que se reduzcan 
las reservas de suelo para VPO o incluso la posibilidad, que ya fue 
apuntada en su día por el Gobierno, de dar permiso de residencia a 
compradores de vivienda extranjeros.
   En este punto, el presidente de la patronal de los promotores y 
constructores de España (APCE), Manuel Galindo, ha precisado que la 
vivienda protegida que no puede ponerse en alquiler o venta "no cumple 
una función social", con lo que debería abrirse al mercado, y ha añadido
 también la posibilidad de que las viviendas libres, hasta unos precios 
máximos, puedan obtener los mismos beneficios fiscales que las viviendas
 acogidas a los planes de vivienda.
   Asimismo, entre las reclamaciones del sector se incluye la 
petición de un interlocutor único e interministerial, que se comprometa a
 elaborar un Plan Estratégico para el sector, nuevas líneas de 
financiación y bonificaciones fiscales, estables a medio y largo plazo, 
para propietarios de viviendas en alquiler, así como el estímulo de la 
rehabilitación, en la que el sector calcula que por cada euro invertido 
se genera un 85% de actividad económica adicional.
   En este sentido, el plan demanda un Programa Global Estratégico de
 Mantenimiento del Parque Público de edificios, y discriminar zonas y 
segmentos donde hay potencial de demanda de obra nueva para poder 
financiar promociones de viviendas.
   Por último, el presidente de Construmat, José Miarnau, ha 
recalcado que es la primera vez que de forma permanente los agentes del 
sector suman sus esfuerzos y, aunque ha admitido que el sector "ha 
cometido los errores propios de las fases expansivas", ha subrayado que 
"es demasiado importante para que los poderes públicos los abandonen a 
su suerte".
   "Pedimos al Gobierno, y a las administraciones públicas a todos 
los niveles que nos acompañen en esta nueva época. El sector público y 
privado deben cooperar para el bien común, que no es otro que el de 
crear riqueza. No se puede dejar bajo ningún concepto al sector en caída
 libre, ni se lo merece ni nos lo podemos permitir", ha añadido.

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