PEKÍN.- Los resultados del reciente censo en China muestran que la segunda  mayor economía del mundo está cerca de un hito demográfico que generará  alzas salariales, mayor inflación y un crecimiento relativamente menor,  informó un importante economista del gobierno en un diario.
Ba Shusong, economista del Centro de Estudios para el Desarrollo del  Consejo de Estado, que asesora el gobierno central, afirmó que los datos  del censo de 2010, conocidos la semana pasada junto con una serie de  estadísticas adicionales, demostraban que la otrora abundante oferta de  mano de obra barata en China comenzaría a escasear pronto.
"Los actuales datos muestran que China ya ha cruzado el punto de  retorno de Lewis y, al mismo tiempo, la ventana de dividendo demográfico  pronto se cerrará", escribió Ba en el Diario de Información Económica  aparecido este jueves.
Ba se refirió a la teoría del ganador del Premio Nobel de Economía,  Arthur Lewis, de que cuando un país en desarrollo se moderniza, los  salarios de los trabajadores comienzan a subir aceleradamente una vez  que el superávit de mano de obra rural se reduce a tal punto que hay  escasez laboral.
"La falta de trabajadores emigrantes rurales desde 2004 no ha sido un  accidente pasajero, sino la señal de que el punto de retorno está a la  mano, una tendencia transformacional", escribió Ba.
Según las cifras del censo, la proporción de jóvenes chinos se está reduciendo al tiempo que crece la población más vieja.
La proporción de chinos de 14 años o menos era de 16.60 por ciento,  una caída de 6.29 puntos porcentuales, respecto al censo de 2000. Y la  de aquellos que tienen 60 años o más subió 2.93 puntos a 13.26 por  ciento del total.
Varios economistas han previsto que China está entrando a una  transición demográfica que traerá consecuencias económicas de amplio  alcance. Pero los dichos de Ba, que asesora a las autoridades centrales,  mostraron cómo aquellas preocupaciones podrían influir en la  planificación de la inflación, crecimiento y consumo en los próximos  años.
Las consecuencias de que se conjugue la escasez de mano de obra con  la transición de una población avejentada con más jubilados que no  trabajan y son dependientes de sus familias, y la asistencia social  serán un "enorme desafío" para China, según Ba.
"Las alzas salariales de los trabajadores impulsarán los costos, por  lo que la baja inflación, posible cuando la oferta de mano de obra era  abundante, será insostenible. Además, después de que se cruce el punto  de retorno, el crecimiento económico experimentará una desaceleración  sistémica", agregó.
China tiene cerca de 242 millones de residentes rurales que no  trabajan en el campo y unos 153 millones de ellos han migrado para  trabajar lejos de sus hogares.
A nivel nacional, el ingreso rural en China subió 10.9 por ciento en  2010, superando el 7.8 por ciento del ingreso urbano, reflejando las  alzas de sueldos para los cientos de millones de trabajadores migrantes.

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