
Si resulta imposible acordar esta tasa a nivel internacional, la Unión Europea debería considerar implantarla en solitario, afirman los eurodiputados en una resolución, que todavía debe ser ratificada por el pleno de la Eurocámara en marzo.
La idea de crear esta tasa ha sido abanderada por el primer ministro británico, Gordon Brown, y fue apoyada por todos los jefes de Estado y de Gobierno de la UE en una cumbre celebrada en diciembre en Bruselas. Los líderes europeos pidieron entonces al Fondo Monetario Internacional (FMI) que estudie la creación de esta tasa, a la que se opone Estados Unidos.
La Eurocámara pide que se examine cómo pueden usarse los ingresos generados por esta tasa para ayudar a los países pobres a luchar contra el cambio climático y para financiar la cooperación al desarrollo. También debe analizarse cómo podría contribuir la tasa al presupuesto de la UE, según los parlamentarios.
En la resolución se reclama al Ejecutivo comunitario que realice una evaluación de impacto sobre esta tasa para evaluar hasta qué punto puede contribuir a estabilizar los mercados financieros y prevenir una crisis similar centrándose en las transacciones "indeseables".
Aunque la opción preferida del Parlamento es la de un acuerdo mundial en el G-20, los eurodiputados piden que se estudien también los pros y los contras de introducir una tasa exclusivamente en la UE si el resto de países rechazan hacerlo.
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