MADRID.- El ministro de Economía y Competitividad,
Luis de Guindos, ha avanzado que el crecimiento del Producto Interior
Bruto (PIB) de España se acercará al 1,5% este año y al 2% el año que viene a
pesar del parón económico que se ha producido en la zona euro y del veto
ruso a la importación de productos perecederos, factores que, a su
parecer, no comprometen el crecimiento español.
"Las previsiones actuales son el 1,2% y 1,8%. Evidentemente si hay
una mejora nos acercaremos al 1,5% y 2%", ha señalado el ministro, tras asegurar que los indicadores
adelantados de crecimiento y empleo son mejores de lo previsto en el
cuadro macroeconómico de abril. No ha precisado las nuevas cifras que se
conocerán en septiembre, pero sí ha dicho que la mejora se notará sobre
todo en las magnitudes de empleo, puesto que el Gobierno espera que la
creación de puestos de trabajo se duplique en 2015.
El pasado mes de abril, el Gobierno aseguró que España crearía
600.000 empleos en términos de Encuesta de Población Activa durante 2014
y 2015, mientras que el número de parados se reducirá en 800.000,
cifras que serán previsiblemente elevadas en septiembre.
Según Guindos, la mejora de las variables se puede producir
porque, a pesar de que la economía española está muy vinculada a la
europea, España cuenta ahora con unos fundamentos económicos "muy
sólidos" que le permiten hacer frente a la desaceleración de la zona
euro y evitar lo que ocurrió a finales de 2010, cuando la pequeña
recuperación "se agotó" por otro parón económico. "Claro que somos
sensibles a lo que ocurre en el resto de Europa, pero lo que ha cambiado
esencialmente es que en estos momentos los fundamentos de la economía
española son mucho más sólidos y evidentemente podemos hacer frente a
una desaceleración en la zona euro con mucha más base y solidez que hace
tres años", ha señalado.
De hecho, Guindos ha recordado que España ha sido uno de los
países de Europa que más ha crecido en el primer semestre pese al
estancamiento europeo, con cuatro trimestres consecutivos de incrementos
que le permiten crecer actualmente, en términos anualizados, a una
velocidad de crucero de entre el 2% y el 2,5%. Además, ha avanzado que
la cifra del tercer trimestre del año volverá a ser "buena", porque los
indicadores siguen siendo positivos.
"La recuperación continúa y estoy convencido de que continuará en
los dos trimestres que quedan de ejercicio", ha dicho Guindos, tras
asegurar que el PIB se seguirá acelerando y que el entorno europeo
mejorará, puesto que Alemania retomará el crecimiento en el tercer
trimestre e Italia y Francia previsiblemente pondrán en marcha reformas
estructurales para generar confianza e impulsar su PIB.
Según Guindos, la fragilidad de la zona euro está vinculada a
cuestiones estructurales de la región, por lo que no hay que pensar en
la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) para dar solución a
esos problemas, sino en las reformas económicas. A su parecer, la
política monetaria puede generar liquidez cuando hay problemas concretos
y ayudar a ganar tiempo, "pero no es la cura de los problemas
estructurales".
Además, el BCE ya anunció en junio un paquete de medidas
"muy importante" (bajada de tipos, tasa de depósitos en negativo,
inyecciones condicionadas de liquidez a largo plazo y fin de la
esterilización de la liquidez inyectada mediante el programa de compra
de bonos) que, en opinión del ministro, seguramente "funcionará bien".
De la misma forma, ha recordado que Europa cuenta también con el
Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que permite flexibilizar los
objetivos de déficit si el crecimiento de algunos países queda por
debajo de lo que se preveía, aunque, tal y como ha señalado, ningún
ministro europeo ha pedido esta flexibilización, porque cumplir los
objetivos de déficit sigue siendo una prioridad.
De hecho, se ha mostrado convencido de que España cumplirá su
objetivo de reducir el saldo negativo de las cuentas públicas al 5,5%
este año y al 4,2% en 2015. En este sentido, ha recordado que se están
generando ahorros importantes en otras partidas --5.000 millones en el
pago de intereses de la deuda--, que la recaudación está subiendo cerca
de un 6%, que mejorarán las cuentas de la Seguridad Social gracias a la
recuperación del empleo y que la reforma fiscal no sólo elevará la renta
disponible de los ciudadanos, sino que mejorará el funcionamiento de la
economía.
También ha asegurado que se cumplirá la previsión de deuda de este
año (99,5%) a pesar de las dudas de algunos organismos internacionales.
Según Guindos, esta magnitud creció mucho en los primeros meses del año
por la aceleración de emisiones, pero este efecto se verá atemperado en
los próximos meses porque el Tesoro reducirá las subastas y las
dilatará en el tiempo.
"Las cifras plasmadas en el Programa de Estabilidad son
perfectamente factibles", ha dicho, tras asegurar además que las
exportaciones también mejorarán en la segunda parte del año y que el
país acabará 2014 con una capacidad de financiación frente al resto del
mundo próxima al 1% y un superávit por cuenta corriente próximo al 0,5%.
Guindos ha indicado que el mercado es consciente de todas estas
mejoras, lo que ha llevado a las agencias de calificación a mejorar la
nota española. En el futuro, tal y como ha explicado, el Gobierno
seguirá trabajando para que vuelvan a elevar el rating de España.
"Espero que esto sea así", ha dicho.
El ministro ha repasado también la situación de precios en España
después de que la inflación cayera tres décimas en julio, y ha
reconocido que en los próximos dos o tres meses se mantendrá en
negativo. Sin embargo, ha confiado en que el IPC cierre 2014 con un
ligero incremento, aunque menor al previsto inicialmente (0,5%). Pese a
resaltar la necesidad de que la inflación suba un poco en España y en
Europa, Guindos ha explicado que un nivel de precios bajos también tiene
efectos positivos y que un modelo económico basado en inflación
contenida, creación de empleo y moderación de salarios es "mucho más
saludable" que el que había antes de la crisis.
Sin embargo y a pesar de asegurar que la moderación salarial ha
sido fundamental durante el ajuste, ha reconocido que ya existe cierto
margen para que algunas empresas o sectores empiecen a subir los sueldos
a sus empleados porque ya han ganado mucha productividad y han mejorado
considerablemente sus niveles de eficiencia. "Lógicamente esas empresas
podrán subir salarios, pero también hay que tener en consideración que
la inflación es muy reducida", ha indicado.
En cualquier caso, ha recordado que los salarios no son una
competencia del Gobierno y que son los agentes sociales los que tienen
que negociar las posibles subidas. "El Gobierno no tiene un botón para
fijar cuanto tienen que subir o bajar, forma parte de la interlocución
de los agentes sociales", ha dicho.
Preguntado por si el Gobierno baraja la posibilidad de elevar el
Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para recuperar el terreno perdido
con las congelaciones de 2011 y 2012, Guindos se ha limitado a decir
este salario afecta a un porcentaje muy reducido de la población y que
no es una variable fundamental para determinar la evolución salarial.
Igualmente, ha asegurado que el Gobierno no se plantea en estos
momentos bajar las cotizaciones sociales a las empresas, tal y como
demandan los empresarios, puesto que el Ejecutivo decidió centrar su
estrategia en incentivar la nueva contratación indefinida con medidas
muy atractivas para los emprendedores como la tarifa plana de 100 euros
que, a su juicio, está funcionando muy bien.
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