DAMASCO.- En Alepo, en el noroeste de Siria, los cristianos celebran la Navidad como cada año, pese a la reciente llegada al poder de los islamistas, quienes incluso están ayudando a colocar árboles navideños y se hacen 'selfies' con las decoraciones antes que los propios miembros de esta minoría.
Un árbol altísimo pero esquelético con la bandera de la nueva Siria, adoptada tras el derrocamiento de Bachar al Asad, se erige en una de las plazas del barrio armenio de Alepo, donde muchos negocios exhiben guirnaldas y las tiendas de dulces venden chucherías adornadas con la cara de Papá Noel.
La victoria de los rebeldes liderados por la alianza islamista Organismo de Liberación del Levante trajo consigo miedos sobre la seguridad de las minorías religiosas en este país de mayoría suní, pero dónde se estimaba que antes de la guerra civil un 10 % de la población era cristiana.
Tras el exilio de millones de sirios, se calcula que ahora los cristianos rondan el 3 % de la población. Al menos por el momento, las nuevas autoridades insurgentes les han enviado un mensaje de tolerancia y unidad, haciendo que la comunidad aborde esta Navidad con casi total normalidad, según más de una decena de cristianos de diferentes sectas en Alepo
Alepo fue la primera ciudad tomada por los insurgentes durante la rápida ofensiva que lanzaron hace ya casi un mes.
Esta mañana los niños del colegio católico vinculado a la iglesia de San Jorge, de Alepo, cantan villancicos a pleno pulmón alrededor de una profesora disfrazada de Papá Noel y esperan con ganas a que comience el prometido reparto de regalos.
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