POITOU.- Cerca de unos viñedos de Burdeos, una pequeña empresa afirma
 haber descubierto por casualidad una panacea ecológica, a base de 
homeopatía y aspirina natural, que protege a la vid de las heladas. 
Quizá sea la solución contra una plaga que el año pasado acabó con 
cientos de hectáreas de cepas de vino de Burdeos, lo que causó millones 
de euros de pérdidas.
En el pueblo de Bussac-Forêt, en el
 suroeste de Francia, el ingeniero agrónomo Bernard Lachaise dirige 
desde hace 17 años una empresa de tan sólo dos empleados, además de su 
mujer como contable, y ha sacado al mercado una veintena de productos 
fitosanitarios ecológicos. Uno de ellos es el MO2, con propiedades 
anticongelantes, descubierto de forma casual el año pasado.
El
 MO2 es un producto para tratar el mildiu y oidio, dos enfermedades de 
la vid. Como aditivo lleva aspirina vegetal, obtenida del sauce blanco y
 de la reina de los prados (ulmaria) para fluidificar la savia.
En
 la primavera (boreal) de 2016, Hervé Emeric acababa de pulverizar sus 
viñas cuando cayó una helada. "Las hojas se quemaron. Normalmente, 
cuando cae una helada (...) no hay fruto. Y sin embargo la uva creció 
normalmente". 
En la Provenza (sureste), Patrice Giraud hizo la misma 
constatación. "Llamé a un experto en seguros que estimó que el 75% de la
 parcela estaba congelada" y cuando volvió meses después "no la 
reconoció porque las hojas y los racimos estaban como si nada hubiera 
pasado", recuerda.
Esto fue una revelación para Bernard 
Lachaise, quien afirma haber investigado 30 años sobre la aplicación de 
los principios fundamentales de la homeopatía a la salud de los 
animales. Unos conocimientos que trasladó al reino vegetal para que la 
planta se defienda por sí misma. "La homeopatía es extraer el veneno 
para formular el antídoto. No tiene efecto placebo", asegura.
Combinado
 con la aspirina vegetal, conocida desde la antigüedad, este tratamiento
 "tiene el mismo efecto en la savia que la aspirina en la sangre". 
"La 
fluidifica, lo que le impide congelarse. Es como un grifo de agua que se
 deja abierto, no se congela", explica. 
Un remedio 
sencillo: cuando el viticultor ve asomar una helada, vaporiza las vides 
con este tratamiento natural. Bernard Lachaise recomienda pulverizar por
 la noche, cuando las hojas están húmedas, y la dosis variará según el 
grado de madurez de la vid, dependiendo de si está en "puntas verdes", 
"racimos visibles" o en fase vegetativa. El tratamiento -añade- funciona
 mejor en un suelo equilibrado.
"Las enfermedades atacan a
 organismos desequilibrados por carencias o saturados por elementos. Un 
suelo demasiado ácido o demasiado básico modifica la fisiología de la 
planta y la debilita", explica. 
"Por lo tanto primero hay que 
reequilibrar el suelo con un abono natural. Esto atrae a las lombrices 
que ventilan la tierra. Luego podemos aplicar un tratamiento sanitario 
preventivo. Pero equilibrando el suelo, elimino el 60% de la necesidad 
de productos fitosanitarios, porque la planta es capaz de defenderse a 
sí misma", insiste.
El ingeniero agrónomo, cuyo volumen 
de negocio actual ronda los 800.000 euros, asegura estar en 
negociaciones con una multinacional europea para comercializar el 
producto a gran escala.

 
 
 
 

 
 
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