BRUSELAS.- La Unión Europea reafirmó
 este martes su posición respecto a la economía de Grecia, en respuesta a
 la preocupación del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre la 
"insostenible" deuda griega y su llamada a los europeos a nuevas medidas
 de alivio.
"Seguimos pensando que los compromisos 
adquiridos en el [tercer] programa [de ayuda a Grecia cerrado en 2015] 
son creíbles y ambiciosos", declaró en una rueda de prensa diaria una 
portavoz del Ejecutivo comunitario, Annika Breidthardt.
Tras
 seis años de rescates financieros concedidos a cambio de duras 
reformas, Grecia registra el mayor número de desempleados de la zona 
euro, con un 23% (cifras de octubre), lejos de la media situada en el 
9,8%, y su deuda alcanza el 176,9% del PIB, unos 311.000 millones de 
euros.
Los acreedores europeos de Grecia quieren la 
participación del FMI en el tercer plan de ayuda, de 86.000 millones de 
euros, pero la institución monetaria, que desempeñó un importante papel 
en los dos planes precedentes, se muestra reticente si no se produce una
 reestructuración drástica de la deuda griega.
Según un 
informe aún sin divulgar al que tuvo acceso AFP, los equipos del Fondo 
Monetario Internacional juzgan que la deuda es "totalmente insostenible"
 a largo plazo y llaman a los europeos a tomar más acciones para 
reducirla. 
Este pronóstico compromete en principio la 
participación financiera del FMI en el actual programa de rescate, ya 
que, para acordar préstamos a un país, la institución con sede en 
Washington debe considerar que su deuda es "viable". 
Sin
 embargo, el consejo de administración del Fondo, que representa a los 
189 países miembros, se mostró el lunes dividido sobre la cuestión 
griega. Algunos representantes expresaron sus reservas al diagnóstico de
 la institución.
Para el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, la realidad superó al "muy sombrío" informe del FMI. 
"Grecia
 se comporta mejor ahora", dijo a la televisión holandesa el líder de 
los 19 países del euro, quien apuntó que queda trabajo todavía por hacer
 en reformas como el mercado de trabajo o las pensiones.  
El
 portavoz del Gobierno griego, Dimitris Tzanalopoulos, destacó en rueda 
de prensa no sólo la disensión existente entre el FMI y las 
"instituciones" europeas -Comisión, Banco Central Europeo (BCE) y Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE)-, "sino también en el propio seno del FMI".
Durante
 meses, el enfrentamiento entre el FMI y los países del euro, 
especialmente con una Alemania reacia a cualquier alivio de la 
obligación, ha hecho aumentar los temores sobre una nueva crisis de la 
deuda y una eventual salida de Grecia de la zona euro.
"Es
 por ello que decimos a todas las partes y, especialmente al FMI, que 
deben cesar de provocar retrasos injustificados", que bloquean la 
conclusión del examen de reformas a las que se comprometió Atenas en el 
marco del programa de ayuda, señaló Tzanalopoulos.
El 
tiempo apremia, no obstante, para encontrar una solución. Atenas debe 
abonar en julio casi 7.000 millones de euros a sus acreedores, pago al 
que no podrá hacer frente sin nuevos fondos de rescate.

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