BRUSELAS.- El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha exigido a la Unión Europea mano dura en materia de migración y que cambie el enfoque en Ucrania si no quiere una derrota de Kiev, en un tenso debate en el Parlamento Europeo en el que el rifirrafe con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y los eurodiputados ha eclipsado la discusión sobre las prioridades de la presidencia húngara del Consejo.
El dirigente magiar llegó a la cita de este miércoles en la Eurocámara marcando línea antimigratoria y defendiendo en la víspera su viaje a Rusia para intentar forzar un alto el fuego en Ucrania en una rueda de prensa que se prolongó dos horas.
El debate en Estrasburgo tiene lugar con meses de retraso por las tensiones entre Bruselas y Budapest y frente a una institución que, en la legislatura pasada, expresó en varias ocasiones su preocupación por la deriva antidemocrática.
Ciñéndose a los temas que Budapest quiere promover en el semestre europeo, Orbán ha empezado defendiendo ante los eurodiputados que la UE debe ayudar a sus Estados miembros a proteger las fronteras externas frente a la presión migratoria.
En una serie de ataques velados a la Comisión Europea, el dirigente magiar ha insistido en que defiende esta línea desde 2015 y cada vez más socios europeos están de su lado. Por ello ha subrayado que las medidas y paquetes para controlar la migración se han demostrado fracasadas y que "la única solución" pasa por crear centros de migrantes fuera de la UE para que ingresen al bloque solo aquellos que tengan un permiso previo.
En este punto, Orbán ha llegado a atribuir a la migración ilegal el crecimiento del antisemitismo, la homofobia y la violencia contra las mujeres en la Unión Europea, para reiterar que todo esto es fruto de un sistema de asilo que no funciona. En su primera intervención, el primer ministro húngaro ha obviado cualquier referencia a la guerra en Ucrania y sus intenciones de negociar con Rusia.
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