WASHINGTON.- China debe llevar a cabo sus 
anunciadas reformas y reequilibrar su economía para evitar riesgos 
financieros, indica este martes el Fondo Monetario Internacional (FMI) 
que prevé un crecimiento menor al 7% en 2015 en la segunda economía 
mundial.
Según el FMI, el Producto Interior Bruto (PIB) de China 
crecerá 6,8% este año, y 6,3% en 2016, con lo que el organismo mantiene 
sus anteriores previsiones de enero.
"Para China, el mayor riesgo 
es fracasar en aplicar sus reformas para hacer frente a los peligros 
financieros, reequilibrar su economía y explotar nuevas fuentes de 
crecimiento" asegura el organismo basado en Washington, en sus 
Perspectivas económicas mundiales semestrales.
"Sin reformas en el
 modelo de crecimiento, la vulnerabilidad seguirá creciendo y el margen 
de maniobra en las políticas (económicas) seguirá reduciéndose", añade 
el FMI.
La desaceleración del crecimiento chino -que fue del 7,4% 
en 2014- se produce en momentos en que los anteriores "excesos" de 
hiperactividad en los sectores "inmobiliario, del crédito y de la 
inversión siguen calmándose".
El FMI describe ese modelo anterior 
como "no sostenible, que agravó la vulnerabilidad en los ámbitos 
financiero, empresarial y público".
La previsión de crecimiento en
 2015 para China del FMI coincide con la previsión promedio de un panel 
de 15 expertos consultados.
Según este panel 
de analistas el crecimiento del PIB de China entre enero y marzo de 2015
 sería del 6,9% en términos anuales, por debajo del +7,3% registrado en 
el trimestre precedente.
La Oficina de estadísticas de China 
divulgará el miércoles las cifras sobre el crecimiento del PIB en el 
primer trimestre del año.
En otra previsión separada, el Banco 
Mundial (BM) volvió a reducir el lunes sus previsiones de crecimiento 
para China a 7,1% para este año. En sus anteriores previsiones de 
octubre esta entidad apostaba por un aumento del PIB chino del 7,2%.
El gobierno chino, por su lado, anunció en marzo que su objetivo de crecimiento para 2015 era del 7%.
Estas
 previsiones se producen en un momento en que China intenta cambiar su 
viejo modelo económico, considerado no sostenible, hacia otro más 
reequilibrado y variado.
Las autoridades de Pekín han admitido que
 esa transición -más basada en el consumo interno- puede generar una 
ralentización en el crecimiento económico del país, que durante varios 
años se acercó a los dos dígitos.
"Una mayor ralentización" de la 
economía china es posible y "puede ser mayor de lo esperado", según el 
FMI, que considera en este contexto un "desafío" lograr al mismo tiempo 
"reducir la vulnerabilidad" económica, "apoyar el crecimiento" e 
"implementar las reformas".
"Las reformas en el sistema de 
pensiones y otras prestaciones sociales permitirán desplazar el motor 
del crecimiento hacia el consumo interno", haciéndolo "más sostenible a 
largo plazo", asegura el FMI.
El FMI también prevé que la 
inflación en China caerá al 1,2% este año, tras haber llegado a un 2% el
 pasado. Se recuperará ligeramente a 1,5% en 2016 según el organismo.
Los
 economistas han expresado recientemente temores sobre un riesgo de 
deflación en el gigante asiático, sobre todo tras la caída de la 
inflación en enero a un 0,8% anual, la más baja en China desde noviembre
 de 2009.

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