«No hay planes para ampliar el número de países aliados de la OTAN con armas nucleares. Luego, por supuesto, estamos evaluando constantemente nuestra postura
cuando se trata de fuerzas convencionales, pero no hay planes para, por
ejemplo, un grupo de batalla en Suecia como los que tenemos en los países bálticos», aseguró Stoltenberg a la prensa momentos antes de la ceremonia en la que se izará la bandera sueca en la sede de la Alianza.
Stoltenberg ha asegurado que Suecia ha ocupado el lugar que le
corresponde en la Alianza bajo la protección del artículo 5 del Tratado
de Washington, que otorga «la máxima garantía de libertad y seguridad».
«Suecia ha ocupado el lugar que le corresponde en la mesa de la OTAN,
bajo el escudo de la protección del artículo 5, la máxima garantía de
libertad y seguridad», indicó junto al primer ministro sueco, Ulf Kristersson, en el momento en que la enseña nacional luce ya en todas sus sedes.
Stoltenberg dio la bienvenida a Suecia que, «tras más de 200 años de
neutralidad, se une a la alianza militar más fuerte y exitosa de la
historia». Aseguró que, en tanto que noruego y vecino del país que se
convirtió la semana pasada oficialmente en el trigésimo segundo miembro
de la Alianza al culminar los trámites legales, se sentía personalmente
satisfecho de su adhesión.
Recordó que después de haber llegado al cargo
en 2014 Montenegro y Macedonia del Norte se
incorporaron a la OTAN, pero aseguró que no esperaba «en absoluto» que
Finlandia y Suecia fueran a ser miembros durante su mandato, algo que
dejó claro que se ha producido como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022.
Stoltenberg volvió a declarar que el presidente ruso, Vladímir Putin,
cometió un error de cálculo con la invasión de Ucrania, país que «está
más cerca que nunca de ingresar» a la OTAN.
Por el momento pidió
mantener el apoyo militar a Kiev porque «la rendición no es la paz».
Kristersson destacó el fuerte apoyo del Parlamento sueco al ingreso en
la OTAN y aseguró que prueba de ello es la presencia hoy en Bruselas de
los líderes de varios partidos en la delegación de su país, a la que
acompaña además la princesa Victoria de Suecia.
«La situación de la seguridad en nuestra región no había sido tan
grave desde la Segunda Guerra Mundial, y Rusia seguirá siendo una
amenaza para la seguridad euroatlántica en un futuro. En vista de ello,
Suecia solicitó su ingreso en la alianza de defensa de la OTAN no sólo
para obtener seguridad, sino también para proporcionarla», afirmó.
«Suecia está más segura dentro de la OTAN que fuera de ella y la OTAN es
más fuerte con Suecia», resumió Stoltenberg, al elogiar las capacidades de vanguardia de Suecia, así como su poderío naval y la fortaleza de su industria militar y el hecho de que gasta más del 2 % del PIB en defensa.
En especial, destacó que con la unión de Finlandia
(el año pasado) y Suecia a la Alianza «la geografía cambia», porque han
pasado de estar centrados en las vulnerabilidades de la región báltica a
tener «dos aliados importantes también en el lado occidental del mar
Báltico».
En cualquier caso, Kristersson dijo que comprenden plenamente
la necesidad de todas las capacidades de defensa de la OTAN, incluida la
estrategia nuclear, pero precisó que no ven la necesidad de que Suecia
albergue una base permanente o armas nucleares en su territorio en tiempos de paz, algo que corresponde decidir a Suecia y que se respeta plenamente.
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