BRUSELAS.- Organizaciones de la sociedad civil de la Unión Europea
 y Estados Unidos mostraron hoy posiciones divididas ante la negociación
 de un tratado de libre comercio e inversiones entre las dos potencias, 
especialmente en ámbitos como los servicios financieros, la agricultura o
 la protección de datos.
En el ecuador de la cuarta ronda de negociación del acuerdo, conocido
 como TTIP, Bruselas acogió hoy por primera vez una conferencia de 
partes interesadas en el acuerdo de ambas orillas del Atlántico, a la 
que asistieron también responsables de los equipos negociadores.
Las negociaciones, que arrancaron en julio de 2013 y pueden estar 
concluidas a mediados del próximo año, están enfocadas en crear la mayor
 zona de libre comercio del mundo (supondría el 50 % de la actividad 
económica global) y armonizar sus regulaciones para sentar un referente 
mundial.
Una de las áreas en las que los representantes de la sociedad civil evidenciaron diferencias es la de los servicios financieros.
Para el representante de la Asociación de Mercados Financieros en 
Europa, Edward Bowles, el TTIP ofrece la oportunidad de lograr mayor 
"coherencia reguladora" y establecer "mecanismos transparentes que 
garanticen convergencia" en esa industria, a pesar de que aún persistan 
"muchas divergencias entre la UE y EEUU".
En cambio, la asociación europea Finance Watch alertó de la necesidad
 de regular ese sector teniendo en cuenta los estragos de la crisis 
económica iniciada en 2008, y pidió "hacer evaluaciones antes de imponer
 una nueva liberalización".
"¿Queremos acabar con unos estándares aguados o con los mejores 
estándares? Ésa es nuestra preocupación", indicó su representante, Aline
 Fares.
En esa línea se pronunció también el director ejecutivo de la 
Asociación Nacional de Defensores de Consumidores de EEUU, Ira 
Rheingold, quien afirmó que "se habla de rebajar los estándares, no de 
una verdadera convergencia" de normas sobre servicios financieros.
"Les urjo a dejar fuera del TTIP cualquier negociación de coordinación reguladora de los mercados financieros", insistió.
Para estas dos organizaciones es crucial, además, que el acuerdo no 
incluya ningún instrumento de solución de controversias inversor-Estado 
(ISDS, en inglés).
"Que una empresa pueda demandar a un Estado es antidemocrático y 
absurdo. Simplemente no puede ocurrir en un tratado que implica a dos 
países democráticos", apostilló Rheingold.
Otros sectores de servicios, como el de las ventas directas o las 
telecomunicaciones, resaltaron las ventajas que les aportaría el 
tratado.
"Deberíamos librarnos de cierta regulación innecesaria", dijo el 
responsable de la Organización Europea de Operadores de 
Telecomunicaciones (ETNO), David Frautschy, quien advirtió no obstante 
de la importancia de que si una empresa estadounidense da un servicio a 
un cliente europeo, "da igual dónde se almacenen los datos, debe cumplir
 con las leyes europeas de protección de datos".
El director ejecutivo del Centro para la Democracia Digital, Jeffrey 
Chester, puso de relieve la "amenaza" que supone el "actual modelo 
estadounidense de recolectar absolutamente todo sobre los individuos".
"Si incluyen los flujos de datos en el TTIP se creará un organismo que incrementará aún más la vigilancia", advirtió.
Por otro lado, aunque por iniciativa de Francia el sector audiovisual
 no se ha incluido en las negociaciones, asociaciones como la Federación
 Internacional de Organizaciones de Derechos de Reproducción o IFPI, que
 representa a la industria discográfica en el mundo, recalcaron que el 
acuerdo podría coordinar los estándares internacionales de protección e 
impulsar la diversidad cultural.
En el apartado agrícola, el secretario general del Comité de 
Organizaciones Agrarias y Cooperativas europeas (Copa-Cogeca), Pekka 
Pesonen, apoyó las negociaciones pero pidió un "alto nivel de ambición" y
 "estándares seguros".
Muchas organizaciones han venido alertando sobre la carne hormonada y
 los transgénicos que se producen en EEUU, aunque la Comisión Europea ha
 descartado tajantemente que el TTIP vaya a cambiar la legislación 
europea sobre esos productos.
La asociación spiritsEUROPE vio beneficioso el acuerdo, pero insistió en "respetar las indicaciones geográficas".
Por su parte, el comisario europeo de Comercio, Karel De Gucht, que 
informó hoy de los avances de la negociación, dejó claro que para que 
tenga éxito hay que tener "la máxima transparencia con el público", pero
 dejó claro que no pueden publicar el documento de la negociación por 
contener sus propuestas.
"Hay que distinguir entre la transparencia con el Parlamento Europeo y
 los Estados miembros, y con el público, porque si no habría que parar 
la negociación", comentó.
"No hay que considerar el TTIP como un desafío al modelo social europeo", concluyó el comisario.

 
 
 
 
 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario