VIENA.- Los
ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea se mostraron hoy
dispuestos a acordar este año un impuesto a las grandes empresas de
Internet, pese a que la propuesta sobre la mesa está lejos de alcanzar
la necesaria unanimidad por las dudas de varios países, incluida
Alemania.
"Lo
que hemos logrado hoy es el reconocimiento común de trabajar en una
solución de corta duración hasta final de año, basada en la propuesta de
la Comisión Europea", dijo el ministro de Finanzas austríaco, Hartwig
Löger, cuyo país ostenta la presidencia de la Unión y acogió en Viena el
consejo informal de ministros este viernes y sábado.
Los
Veintiocho buscan el modo de gravar la actividad de las grandes
empresas digitales para paliar la disparidad que existe actualmente
entre lo que pagan en impuesto de sociedades estas plataformas (9,5 %) y
las empresas tradicionales (23,2 %).
El
punto de partida para la discusión es una propuesta del Ejecutivo
comunitario que plantea introducir un impuesto del 3 % sobre la
facturación por ciertos servicios digitales de las empresas de Internet
que facturen más de 750 millones de euros en todo el mundo y más de 50
millones en la UE, que se aplicaría de forma temporal hasta adaptar la
fiscalidad europea a estos nuevos modelos.
Los
Estados coinciden en que debe darse respuesta a un problema que
perciben los ciudadanos, tanto más de cara a las elecciones europeas de
2019, pero discrepan sobre el modo de hacerlo y, en particular, varios
prefieren que la solución se pacte de forma global en el seno de la
OCDE.
Para
intentar salvar este escollo, el ministro francés de Economía y
Finanzas, Bruno Le Maire, propuso hoy a sus socios introducir una
"cláusula de extinción" que garantice que el impuesto europeo será
reemplazado "tan pronto como haya una solución en la OCDE", una idea que
ha generado consenso según la presidencia.
"La
vincularemos a una cláusula de extinción, para destacar que será una
solución de transición a nivel europeo, y de forma paralela trabajaremos
en una solución de larga duración (...) pero estamos dispuestos a
desarrollar una solución de corta duración", afirmó Löger.
Pero
esta posible cláusula no es suficiente para convencer a todos en un
dosier que necesita el apoyo de los veintiocho para salir adelante.
Irlanda
encabeza la oposición al impuesto, junto con Finlandia, Suecia y
Dinamarca, mientras que Bélgica, Luxemburgo, Holanda y Reino Unido
mantienen reservas pero se mostraron en esta reunión más abiertos que en
las precedentes.
"Irlanda
tiene gran preocupación por que la UE avance con la tasa digital de
forma unilateral", dijo el ministro de Finanzas irlandés, Peter Donohoe,
en un encuentro con algunos medios durante la reunión, admitiendo que
algunos países "ven el riesgo de cambios en su recaudación".
Donohoe
explicó que su país prefiere una solución global pero "evaluará
cualquier propuesta de cualquier colega y trabajará constructivamente".
Por
su parte, el ministro de Finanzas alemán, Olaf Scholz, dijo que su país
"comparte la ambición de llegar a acuerdos antes de fin de año" aunque
hay temas sobre los que trabajar.
Alemania, que inicialmente respaldó el impulso francés a la medida, había dejado traslucir esta semana sus dudas al respecto.
Al
término de la reunión su homólogo galo había admitido que Berlín tiene
"interrogantes", en particular sobre cómo evitar que las empresas
reduzcan su base imponible, garantizar que pagan allí dónde generan
valor y sobre el coste de recaudar la tasa, pero aseguró que darán
respuesta a los mismos.
"En
tiempos en que el populismo asciende en Europa tenemos que aportar
respuestas y estas son decisiones políticas", advirtió Le Maire.
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