
En el ejercicio 2006, las empresas españolas que contaban con actividad en el extranjero en el negocio de la vivienda facturaron unos 3.050 millones de euros fuera de España, lo que supone un crecimiento medio anual superior al 150% en el período 2002-2006, en el que se ha pasado de los 70 millones de euros a más de 3.000 millones.
El origen de este fuerte crecimiento reside en la adquisición de compañías de gran dimensión por parte de inmobiliarias españolas y la finalización de algunas promociones iniciadas en el período 2003-2005.
Por áreas geográficas, alrededor del 90% del volumen de negocio se generó en Europa Occidental en 2006, como consecuencia del escaso grado de maduración de las inversiones en otras zonas. Entre las restantes áreas en las que las empresas españolas tienen presencia, Marruecos absorbió el 3% de la facturación total en el exterior, Europa Central y del Este alrededor del 2,8% y América un 2,5%.
La huída comenzó a Portugal
El negocio de la vivienda que apuesta por el exterior fija sus intereses en los países mencionados, pero no siempres fue así. Hasta hace unos años, las inversiones de las inmobiliarias españolas en el extranjero se limitaban casi en exclusiva a Portugal, destino favorito por su proximidad geográfica y su afinidad cultural.
Dado que el negocio residencial en España ha perdido cierto atractivo, entre los años 2004 y 2006 unas 100 empresas salieron de 'casa'. Si a esa cifra se suman las que ya habían salido antes, el número de inmobiliarias con actividad fuera de España ronda las 125.- (EP)
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