PARÍS.- El nuevo Gobierno socialista de Francia, nombrado ayer por el presidente, François Hollande,
 comenzó hoy su andadura, con un primer Consejo de Ministros, en medio 
de las dudas y de las críticas, tanto de la oposición de derechas como 
de sectores de la izquierda.
Desde el ala más progresista del Partido Socialista y desde otros sectores de la izquierda se apunta sobre todo al nuevo ministro de Economía, Emmanuel Macron, un joven procedente de la banca de negocios, exconsejero de Hollande, a quien inspiró sus medidas más liberales.
"Es una provocación",
 indicaron algunos de los diputados socialistas que reclaman un giro 
económico al Ejecutivo y que lamentan la salida del hasta ahora 
responsable de Economía Arnaud Montebourg, que encarnaba en el seno del Gobierno su voluntad de relajar la reducción del déficit.
Macron
 tampoco ha gustado a los sindicatos, mientras que la patronal, con 
quien ha mantenido contactos como consejero de Hollande, se mostró más 
satisfecha aunque su presidente, Pierre Grattaz, afirmó que aguarda "hechos y medidas" para juzgarle.
"Llego
 con una reputación que ha construido sobre mí la prensa. Pido que me 
juzguen por mis actos y mis palabras", afirmó el nuevo responsable de 
Economía durante su toma de posesión.
La derecha también se ha 
mostrado crítica con la tercera remodelación gubernamental del 
presidente en dos años y medio de mandato, en particular con el ascenso de la joven Najat Vallaud-Belkacem, nueva ministra de Educación y que hasta ahora pilotaba la política de derechos de las mujeres.
Los sectores más conservadores la consideraron una "izquierdista libertaria", en particular por sus posiciones en favor de la llamada "educación de género", una asignatura destinada a promover la igualdad entre sexos.
Tampoco ha gustado su ascenso a los contrarios al matrimonio homosexual, que lo han calificado de "provocación".
"Tenemos que comenzar a trabajar con el objetivo fijado
 y sin atender a las pequeñas polémicas", afirmó hoy Vallaud-Belkacem, 
en la radio "France Info", que sustituye al frente de Educación a Benoit
 Hamon, representante del ala más izquierdista del Partido Socialista.
La prensa también se ha mostrado dubitativa con el nuevo Ejecutivo, formado "por la guardia personal de Hollande".
"El último círculo de Hollande", señala el conservador "Le Figaro", que considera al Ejecutivo "monocolor" y que "amenaza con romper a la izquierda".
Para
 "Libération", de centro izquierda, el ascenso de Macron, 
Vallaud-Belkacem y de la nueva responsable de Cultura, Fleur Pellerin, marca la llegada de "la joven guardia" del presidente, "dedicada al rigor (presupuestario) y a los compromisos con las empresas".
El
 popular "Le Parisien" considera que ahora se establece "el auténtico 
giro" en la política de Hollande, "que toma distancias con el ala 
izquierdista del Partido Socialista" con la nominación "del liberal Macron como ministro de Economía".

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