TOKIO.- El Banco de Japón (BoJ)inició hoy su reunión mensual 
sobre política monetaria, en la que se espera que la entidad revise a la
 baja sus previsiones sobre inflación en el ejercicio en curso ante la 
débil evolución de los precios.
 En la reunión de su 
junta de política monetaria, que se prolongará hasta el jueves, está 
previsto que la entidad mantenga intacta su agresiva estrategia de 
flexibilización monetaria, a pesar de que la evolución de los precios y 
del consumo continúa por debajo de lo deseado, según la mayoría de los 
analistas nipones.
 La entidad analizará también la marcha de la tercera 
economía mundial, aunque tampoco se espera una variación del diagnóstico
 del BoJ sobre la misma dentro de su informe trimestral, que se adoptará
 durante esta reunión mensual, señalaron fuentes próximas al BoJ a la 
agencia nipona Kyodo.
 En su anterior informe 
trimestral de perspectivas económicas, publicado en abril, el BoJ 
preveía que el índice de precios de consumo (IPC) crecería un 1,4 por 
ciento en el ejercicio en curso, que concluirá a finales de marzo de 
2018.
 Aunque la entidad estudia rebajar esta cifra, 
el gobernador de la entidad, Haruhiko Kuroda, volvió a afirmar la semana
 pasada que la inflación "escalará hacia el 2 por ciento a largo plazo" 
debido a un mayor ajuste entre la oferta y la demanda.
 Dicho objetivo marcado por el banco central nipón se ve dificultado por
 la persistente debilidad del consumo doméstico, las tímidas subidas 
salariales que aplica el sector privado y las reticencias de los 
comerciantes a subir los precios.
 Asimismo, los 
mercados financieros estarán atentos a la rueda de prensa de Kuroda 
posterior a la reunión mensual, a la espera de posibles pistas sobre 
variaciones en la política monetaria de la entidad después de que la 
Reserva Federal estadounidense (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE) 
emprendieran recientemente cambios de rumbo.
 La Fed 
ha subido los tipos de interés en dos ocasiones este año animada por la 
buena marcha de la primera economía mundial, mientras que el presidente 
del BCE, Mario Draghi, anunció a finales de junio que la entidad 
comunitaria estudia un ajuste gradual de sus estímulos monetarios.
 El banco central nipón aplica actualmente una batería de medidas que 
incluye tipos de interés negativos a corto plazo y compras masivas de 
bonos estatales con el objetivo de mantener los tipos a largo plazo 
próximos a cero, lo que animaría a los bancos a prestar más dinero e 
impulsar la actividad económica.
 El BoJ lleva desde 
2013 intentando impulsar la subida de precios y dejar atrás el largo 
ciclo deflacionista que atraviesa el país, aunque la reciente caída del 
precio del petróleo ha dado al traste con los efectos de su programa y 
le ha obligado a retrasar la consecución de su objetivo varias veces 
hasta después de 2018. 

 
 
 
 
 
 
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