miércoles, 26 de junio de 2024

El fundador de Wikileaks regresó a Australia en libertad


CANBERRA.- El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, aterrizó en Australia, después de salir libre de un tribunal estadounidense en las islas Marianas del Norte.

Assange abrazó a su esposa y a su padre en el aeropuerto, mientras un pequeño grupo de seguidores aplaudía su llegada.

Su liberación, así como el regreso a su país natal, se produce tras una extensa batalla judicial que se prolongó durante más de una década.

Como parte de un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos, Assange se declaró el miércoles culpable de un delito de espionaje frente a una corte federal de Saipán, capital de las Islas Marianas del Norte, un territorio estadounidense en el Pacífico Sur.

La jueza que presidió la audiencia le reconoció a Assange los cerca de cinco años que pasó encarcelado en Reino Unido, por lo que no quedó bajo custodia estadounidense y pudo recuperar su libertad.

Assange abandonó la corte sin hacer declaraciones.

Este es el fin de un periplo que lo ha llevado a estar recluido durante 12 años: siete de ellos en la embajada de Ecuador en Londres y otros cinco en una cárcel de máxima seguridad británica, de donde salió el lunes tras llegar a un acuerdo con el Departamento de Justicia de EE.UU.

Assange estuvo acompañado en la corte por Kevin Rudd, actual embajador de Australia en Estados Unidos, y ex primer ministro australiano.

Los fiscales estadounidenses originalmente querían juzgar a Assange por 18 cargos, en su mayoría bajo la Ley de Espionaje, por la publicación en 2010 y 2011 por parte de WikiLeaks de documentos militares confidenciales de Estados Unidos relacionados con las guerras en Irak y Afganistán.

Pero tras el acuerdo con las autoridades de Washington, este miércoles Assange sólo aceptó el delito de conspiración para obtener y revelar información de defensa nacional.

El fundador de WikiLeaks le dijo al tribunal que cuando publicó los archivos clasificados en 2010, era periodista y creía que estaría protegido por la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que cubre la libertad de prensa.

Después de la sentencia, el abogado de Assange, Barry Pollack, dijo: "El trabajo de Wikileaks continuará y el señor Assange, no tengo ninguna duda, será una fuerza continua a favor de la libertad de expresión y la transparencia en el gobierno.

"Él es una voz poderosa y una voz que no puede ni debe ser silenciada".

La audiencia tuvo lugar en el remoto archipiélago del Pacífico, ya que está mucho más cerca de la Australia natal de Assange que los tribunales federales estadounidenses de Hawái o de los Estados Unidos continentales.

Assange pasó los últimos cinco años tras las rejas en la prisión de alta seguridad de Belmarsh en Londres, luchando contra los intentos de Estados Unidos de extraditarlo.

En 2010, se enfrentó a cargos separados de violación y agresión sexual en Suecia, que él negó. Pasó siete años escondido en la embajada de Ecuador en Londres, alegando que el caso sueco lo llevaría a ser enviado a Estados Unidos.

Las autoridades suecas abandonaron ese caso en 2019 y dijeron que había pasado demasiado tiempo desde la denuncia original, pero las autoridades de Reino Unido luego lo detuvieron. Fue juzgado por no entregarse a los tribunales para ser extraditado a Suecia.

En Estados Unidos, Assange fue acusado de conspiración para obtener y revelar información de defensa nacional, tras la divulgación masiva de Wikileaks en 2010.

Wikileaks había publicado un vídeo filmado desde un helicóptero militar estadounidense que mostraba a civiles siendo asesinados en la capital iraquí, Bagdad.

También publicó miles de documentos confidenciales que sugerían que el ejército estadounidense había matado a cientos de civiles en incidentes no denunciados durante la guerra en Afganistán.

Las revelaciones se convirtieron en una gran noticia, provocaron reacciones en todos los rincones del mundo y llevaron a un intenso escrutinio de la participación estadounidense en conflictos extranjeros.

La esposa de Assange, Stella, le dijo a la BBC este lunes que estaba "eufórica" ​​porque la fase legal estaba llegando a su fin.

Aseguró que la prioridad para su marido era "recuperar la salud", estar en contacto con la naturaleza y que la familia tuviera "tiempo y privacidad". La pareja tiene dos hijos pequeños.

También le dijo a la BBC: "No hemos tenido mucho tiempo para hablar sobre el futuro; lo primero es que tendrá que devolverle al gobierno australiano 500.000 dólares por los vuelos fletados".

La esposa de Assange ha lanzado una campaña de financiación colectiva para cubrir los costes, y dijo que ya han recaudado más de la mitad de la suma necesaria.

El equipo legal de Assange y su esposa habían afirmado durante mucho tiempo que el caso en su contra tenía motivaciones políticas y le pidieron al presidente estadounidense Joe Biden que retirara los cargos.

En abril, Biden dijo que estaba considerando una solicitud de Australia para hacerlo, cuyo primer ministro dijo que el caso se había "prolongado demasiado".

"Me ha salvado la vida"

El fundador de Wikileaks, Julian Assange, ha dado las gracias al primer ministro australiano, Anthony Albanese, al que ha asegurado que le ha "salvado la vida" gracias a su mediación en el caso.

Assange, que no había mantenido nunca una conversación con el mandatario australiano a pesar de que ha sido un férreo defensor de su puesta en libertad, ha mostrado su "más profunda gratitud" por la ayuda prestada por el primer ministro durante una llamada telefónica. 

En este sentido, ha comparado el trabajo diplomático del Gobierno australiano con una misión del "Equipo A" y ha dado las gracias también al embajador australiano, Kevin Rudd, y el Alto Comisionado de Australia en Reino Unido, Stephen Smith.

A su llegada a suelo australiano tras varias escalas, entre ellas una en las Islas Marianas del Norte para firmar el acuerdo judicial que ha posibilitado su puesta en libertad, el periodista y programador australiano ha sido recibido por miembros de su familia, entre ellos su mujer, Stella Assange, que ha dado las gracias al pueblo australiano por su apoyo durante más de una década.

Así, ha extendido su agradecimiento también a Albanese y ha destacado la unidad de los australianos en torno al caso, incluida la oposición.

 "Sin su apoyo no habría espacio político para lograr la libertad de Julian. (...) Ha hecho falta que todos ellos se unieran, millones de personas, gente trabajando delante y detrás de las cámaras, protestando en las calles durante semanas y años... Lo hemos logrado", ha dicho durante una rueda de prensa ante los medios en la que se ha presentado visiblemente emocionada.

"Julian me ha pedido que les diera su más sincero agradecimiento. Hay que entender por qué ha pasado esto. Necesita tiempo, necesita recuperarse, y este es un proceso que llevará tiempo, así que os pido que nos deis privacidad para encontrar nuestro lugar y poder ser una familia antes de que pueda hablar otra vez", ha aseverado.

En este sentido, ha hecho hincapié en la importancia de "reconocer que la liberación de Julian llega aprovechando un parón en el caso de extradición presentado en su contra en Estados Unidos". El Supremo ha dado espacio para apelar", ha sostenido antes de aclarar que ha sido entonces cuando "las cosas han comenzado a moverse".

"Esto revela lo incómodo que estaba el Supremo con este caso por ser un ataque contra la prensa y la libertad de expresión. Este caso no debería haberse presentado nunca, (él) no debería haber pasado ni un solo día en prisión", ha expresado antes de recordar que se trata de un día importante para la prensa. 

"Espero que los periodistas y editores de todo el mundo se den cuenta de la gravedad de este caso y de la criminalización impuesta contra Julian", ha dicho.

Así, ha defendido que las informaciones que fueron publicadas por Wikileaks sobre presuntos crímenes de guerar cometidos por Estados Unidos en Irak y Afganistán eran "verdaderas y de interés público". 

"Eran informaciones que la población merecía conocer. Este caso puede ser el precedente de otros futuros contra periodistas; por eso esto interesa a toda la prensa", ha puntualizado.

"Es importante poner sobre la mesa que esta ley de espionaje debe ser reformada y los derechos de los periodistas protegidos. Y, cuando llegue el momento, esperamos un perdón oficial", ha proseguido, su mujer, que ha abierto una campaña de recaudación de fondos para compensar al Gobierno de Australia por el gasto del vuelo chárter fletado para la repatriación.

Su abogada, Jennifer Robinson, ha matizado que las autoridades estadounidense no han podido demostrar que las informaciones filtradas por Assange hubieran puesto en peligro la vida de terceros y ha recalcado que el periodista ha realizado un "largo viaje a Australia".

Sin embargo, ha lamentado que haya tenido que declararse culpable de los cargos de "conspiración para cometer espionaje" al publicar "los delitos y crímenes cometidos por Estados Unidos en todo el mundo".

 "Esto es periodismo y es un castigo por desempeñar la libertad de prensa", ha defendido, al tiempo que ha recordado que Assange lleva años siendo candidato a Premio Nobel de la Paz.

"Me ha conmovido verlo llegar a Asutralia. El primer ministro ha sido el primero en hablar con él por teléfono. (...) Quiero aprovechar esta oportunidad para darle las gracias por su diplomacia y su trabajo, por haber cumplido su palabra y haber aprovechado cada oportunidad disponible para tratar de lograr su liberación", ha explicado Robinson.

"Han sido 14 largos años de activismo, de campaña, no solo por él, sino por toda la comunidad. Una comunidad global que ha buscado proteger la libertad de expresión y que ha facilitado que sea libertado. Gracias a todos los que lo han apoyado durante este tiempo", ha zanjado.

Barry Pollack, miembro del equipo legal de Assange, ha aprovechado también para subrayar que el activista "ha estado años sacrificando su propia libertad por la libertad de expresión y de prensa". 

"Por fin hoy esta trágica situación ha terminado. (...) Esperamos que esta ley no vuelva a utilizarse de esta forma", ha manifestado.

Assange aceptó declararse culpable de espionaje ante la Justicia de Estados Unidos por la filtración de miles de documentos secretos, a cambio de que las autoridades norteamericanas diesen por cumplida la condena con el tiempo que ha pasado bajo arresto. Ha vivido los últimos cinco años en una cárcel de máxima de seguridad en Reino Unido, mientras que los siete previos los pasó encerrado en la Embajada de Ecuador en Londres.

Como parte del acuerdo, el Departamento de Justicia estadounidense ha indicado que Assange tiene prohibido regresar a Estados Unidos sin permiso. Además, ha indicado que con la comparecencia de este miércoles ante la jueza en la isla Saipán se da por "concluido" oficialmente el caso, que se remonta a 2018, cuando fue imputado por primera vez.

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