martes, 5 de marzo de 2024

Bruselas quiere que el 50% de las compras de armamento sean europeas y el 40% conjuntas en 2030

 BRUSELAS.- La Comisión Europea ha presentado este martes su estrategia industrial de Defensa con la que quiere cambiar el paradigma europeo para contar con una economía preparada para la guerra y promover su sector militar a través e compras conjuntas, con el objetivo para 2030 de que el 50% de las adquisiciones de los 27 sean de equipos europeos y el 40% se realicen a través de compras conjuntas, pese a que no pone sobre la mesa nuevos fondos y se buscará movilizar partidas de cohesión o usar los beneficios generados por los bienes rusos.

Después de que la guerra en Ucrania ha dejado a las claras las deficiencias en materia de producción militar y abierto un debate sobre el papel de Europa en el campo, suponiendo una llamada de atención sobre la necesidad de contar con una industria de Defensa lista para producir a ritmo de economía de guerra la próxima década, Bruselas quiere promover el aumento de la capacidad industrial para producir con los tiempos y en la cantidad necesaria que exige un escenario de seguridad más complejo.

"Independientemente de la dinámica electoral en Estados Unidos tenemos que responsabilizarnos mas de nuestra seguridad, al tiempo que seguimos comprometidos con la OTAN. Creo que Europa está lista para dar un paso adelante. Haciéndolo los Estados miembros invertirán en innovación y creación de empleo", ha defendido la vicepresidenta responsable de Competencia, Margrethe Vestager durante la presentación.

En Bruselas piensan que la industria europea tiene el potencial de producir al mismo nivel que la estadounidense, la gran beneficiada del auge militar tras la invasión rusa. El objetivo que se marca el Ejecutivo comunitario es que para 2030 al menos el 50% del presupuesto dedicado a compras militares se dedique al sector de la Defensa europeo y se llegue al 60% en 2035, mientras que el esquema de compras conjuntas se consolide y represente el 40% de adquisiciones de equipamiento militar en el año 2030.

"En aras de la ambición compartida que encarna esta estrategia, los Estados miembros deberían invertir la tendencia actual y llevar gradualmente su nivel de adquisiciones en el sector europeo previo a antes de la guerra, y aumentarlo en la medida de lo posible. Se invita a los Estados miembros a que avancen de forma constante hacia la adquisición de al menos el 50 en la UE para 2030 y el 60% para 2035", recoge la comunicación de la Comisión, asegurando que llegar a estos objetivos "aumentará de forma tangible la resistencia de la Unión y la seguridad de los ciudadanos".

Con este fin, la Comisión Europea promoverá con 1.500 millones del Fondo Europeo de Defensa las compras conjuntas, dando a la industria armamentística europea la claridad y predictibilidad en los pedidos que demanda para elevar su producción a largo plazo. Esto viene acompañado asimismo de un marco legal para conseguir agilizar las compras y fijar una prioridad para pedidos europeos en tiempos de crisis.

Para ello, Bruselas creará una Junta de Preparación Industrial para la Defensa que reunirá a Estados miembros, el Alto Representante de la UE para Política Exterior y la Comisión Europea para desempeñar la función de programación y adquisición conjuntas de defensa de la UE.

Siguiendo el ejemplo de la producción masiva de vacunas durante la crisis del coronavirus, el Ejecutivo comunitario pone sobre la mesa un marco legal que permitirá elevar la producción o desescalar, según el escenario de seguridad que atraviese. 

En palabras de una fuente comunitaria, el desafío en Ucrania requiere que la industria de Defensa "también cambie un poco y no espere a conseguir contratos antes de empezar a producir".

 "Es necesario que asuman más riesgos y para ello, les acompañaremos. Les ayudaremos a asumir más riesgos", ha explicado sobre el cambio en la lógica industrial que persigue la Comisión Europea con este plan.

Tras de décadas de desarme y de contar con una industria preparada para tiempos de paz, la guerra en Ucrania ha generado una enorme demanda en Europa que la industria no es capaz de asumir y que ha beneficiado al sector de la Defensa de Estados Unidos, que según cálculos comunitarios ha conseguido el 68% de los pedidos de países de la UE.

Pese a que la estrategia no obliga a que las adquisiciones sean de un determinado tipo de material o fija limites sobre su origen, en la capital europea señalan la necesidad de garantizar que la industria de la Defensa europea pueda proveer de los suministros necesarios, aumentando su competitividad y creando trabajos en Europa.

Y recalcan que con un mayor trabajo de cooperación entre Estados miembros se puede generar una "liquidez de mercado" ya que recalcan que actualmente hay stocks listos para ser entregados pero la falta de transparencia y claridad en la industria europea. 

Así se introducirá un mecanismo de ventas militares, que funcionará como una suerte de catálogo, para aumentar la conciencia sobre el material disponible y facilitar su adquisición.

En todo caso, la estrategia no cuenta con nueva dotación y Bruselas prevé utilizar 1.500 millones previstos en la revisión del presupuesto comunitario para el Fondo Europeo de Defensa con el que coordinar y aumentar la inversión de los Estados miembros en cuestiones de Defensa. 

Al tratarse de una estrategia con vocación de futuro, en Bruselas abren la puerta a canalizar fondos previstos para cohesión, al entender que hay muchas actividades financiadas por la UE que pueden ser relevantes para la industria militar.

Igualmente, sobrevuela la opción de usar los beneficios que generan los bienes rusos congelados en la UE desde el estallido de la guerra, una opción que ya ha defendido públicamente la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, si bien la cuestión tiene una complejidad técnica y política que obliga a afinar mucho las medidas que pueda adoptar el bloque europeo.

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