BRUSELAS.- La Comisión Europea se dispone a reducir el coste de crear redes de
banda ancha de alta velocidad, en un movimiento que muestra cómo
Bruselas busca más poder sobre el sector de las telecomunicaciones.
La iniciativa es importante porque los líderes europeos están
preocupados por el lento ritmo de inversiones de las operadoras de
telecomunicaciones, que están lastrads por su deuda, está dejando a una
región con débiles infraestructuras que en el tiempo pueden ser un
lastre para su economía ya en recesión.
La normativa vendría en un momento en el que la UE reduce la
financiación para el despliegue de la banda ancha. Los recortes
presupuestarios de la UE, que se deben aprobar en el Parlamento,
afectaron a la financiación de por ejemplo proyectos rurales hasta a
1.000 millones de euros desde 9.200 millones.
El borrador conocido el martes requiere que las nuevas viviendas y las renovadas estén listas
para la banda ancha, pide que los conductos y otras infraestructuras se
compartan entre las operadoras de forma justa y razonable y acorta el
proceso de permisos.
También pide a las compañías de gas, agua y electricidad que
compartan sus conductos subterráneos con las operadoras de
telecomunicaciones para reducir el coste de crear redes de alta
velocidad.
La Comisión dijo que hacer zanjas en las calles para desplegar la
fibra óptica supone hasta un 80 por ciento del coste, y añadió que las
nuevas normas ahorrarían hasta 60.000 millones de euros.
La construcción de redes de fibra en Europa está lejos de la de
Asia y algunas partes de Estados Unidos, lo que preocupa a los
legisladores, que ven las infraestructuras como un motor clave para el
crecimiento económico. Europa tenía 5,95 millones de clientes de fibra
para mediados de 2012, una pequeña parte de los más de 58 millones de
clientes en Asia.
Alrededor de la mitad de los europeos todavía confía en
tecnologías de Internet como el ADSL, que ofrece velocidades de hasta 30
megabits por segundo, frente a los 100 megabits o más de la fibra.
Operadoras del continente lastradas por su deuda como Telefónica y
Telecom Italia están preocupadas por tener que emplear miles de
millones en fibra cuando sus inversiones tardarían décadas en dar fruto.
Otro gran obstáculo ha sido la cantidad de regulaciones en los 27
estados miembro sobre cómo deben las empresas compartir el acceso a los
conductos y líneas que van hasta los hogares, el coste de los
alquileres de esas líneas, y también la tecnología desplegada.
Por ejemplo, en Francia el regulador ha dicho que los operadores
deben compartir el acceso de la parte final de fibra hasta la vivienda.
Pero España no ha ido tan lejos, y en Alemania, el regulador ha apoyado
el plan de Deutsche Telekom de retrasar la fibra y confiar en otra
tecnología conocida como VDSL en su lugar.
Cada país establece sus propios precios a los competidores para el alquiler de las redes.
"Esto muestra que la Comisión Europea está interesada en
centralizar el control", dijo el analista Robin Bienenstock de la casa
Bernstein.
Una fuente de la Comisión dijo que las propuestas no
iban dirigidas a centralizar la planificación, sino a una convergencia
de las aproximaciones regulatorias para hacerlas más coherentes.
"En muchos lugares, las normas de hoy dañan la competitividad en
Europa", dijo la vicepresidente de la Comisión Neelie Kroes en un
comunicado. "Todo el mundo se merece una banda ancha rápida. Quiero
acabar con la cinta roja que nos impide llegar a eso".
Las propuestas forman parte de un mayor paquete de medidas que la
Comisión va a llevar a cabo los próximos meses para tratar de crear un
mercado único para los servicios de telecomunicaciones.
El Ejecutivo europeo quiere presentar sus ideas sobre el mercado
único para octubre, para debatir a los países. Las propuestas podrían
incluir un mayor control del nuevo espectro radioeléctrico de los
móviles y cambios al establecimiento de precios para los alquileres en
las redes de la competencia, dijeron analistas.
Los líderes de las compañías esperan que la iniciativa lleve a
una mayor facilidad para las fusiones en el sector, aunque el regulador
en Bruselas sigue con sumo cuidado estos movimientos.
La ECTA, un organismo que representa a los operadores
alternativos que desafían a los ex monopolios estatales, dijo que daba
la bienvenida a los esfuerzos para reducir el coste del despliegue de
las redes.
"Reducir esos costes aceleraría el desarrollo de las redes
abiertas y daría servicios de comunicación competitivos a empresas y
consumidores", dijo Tom Ruhan, presidente de ECTA.
ETNO, el lobby que representa a las operadoras tradicionales,
dijo que las normas de la Comisión deberían centrarse donde los
proyectos de fibra no estaban llevándose a cabo, como en las áreas
rurales.
"Este paso necesita complementarse con más reformas en el
contexto regulatorio general hacia la regulación en áreas no
competitivas y cuellos de botella", dijo Daniel Pataki, director de
ETNO.
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