domingo, 6 de enero de 2019

Las autoridades sudanesas arrestan a varios profesores de la Universidad de Jartum

JARTUM.- Las autoridades de seguridad sudanesas arrestaron a varios miembros de la Universidad de Jartum el domingo, dijeron dos profesores, después de que se unieran a una protesta contra el gobierno que suponen el desafío más serio para el presidente Omar al-Bashir. 

Los arrestos se produjeron en medio de nuevas manifestaciones en Jartum y Wad Madani a consecuencia de una petición de una coalición de sindicatos profesionales para presionar a Bashir para que renunciara.
Testigos dijeron que las fuerzas de seguridad impidieron que profesores salieran a protestar frente a la universidad y arrestaron al menos a ocho. Es la primera vez que la facultad de la institución educativa más antigua y prestigiosa del país se une a las protestas desde que comenzaron el mes pasado.
Los demás se vieron obligados a regresar al club de la facultad, donde las fuerzas de seguridad rodearon el edificio y dejaron atrapados en el interior a unos 100 profesores durante casi tres horas.
“Exigimos al presidente de la república que renuncie”, se lee en un cartel que leyeron los profesores según las fotos publicadas en las redes sociales.
Un portavoz de la policía no pudo ser contactado de inmediato para hacer comentarios.
Las protestas intermitentes han sacudido a Sudán desde que la ira por la escasez de alimentos y el aumento del precio del pan provocase manifestaciones en la ciudad de Atbara, en el norte del país, el 19 de diciembre.
Las fuerzas de seguridad han usado gas lacrimógeno e incluso munición real contra los manifestantes, que reunieron a más de 2.000 personas. El gobierno sudanés ha dicho que 19 personas murieron en las protestas, incluidos dos miembros de las fuerzas de seguridad. Amnistía Internacional ha elevado la cifra de muertos a 37.
En las manifestaciones del domingo, testigos dijeron que cientos de hombres y mujeres marcharon desde tres lugares separados en la capital tratando de llegar al palacio presidencial en el centro de Jartum, pero fueron dispersados ​​por fuerzas de seguridad que utilizaron gases lacrimógenos y granadas de aturdimiento.
Una protesta separada en Wad Madani, la segunda ciudad más grande de Sudán, también fue dispersada por las fuerzas de seguridad utilizando gas lacrimógeno, según testigos.
Las protestas fueron menos multitudinarias que en otras ocasiones.
Se trata de la oposición más persistente a la que se ha enfrentado Bashir desde que asumió el poder en un golpe apoyado por los islamistas hace casi 30 años.
La economía de Sudán ha luchado por recuperarse de la pérdida de tres cuartas partes de su producción de petróleo, su principal fuente de divisas, desde que Sudán del Sur se separó en 2011 quedándose con la mayor parte de los campos petrolíferos.
En octubre de 2017, Estados Unidos eliminó las sanciones comerciales vigentes contra Sudán. Pero muchos inversores han seguido rechazando a un país que todavía figura en la lista de Washington como patrocinador estatal del terrorismo y cuyo presidente es buscado por la Corte Penal Internacional por los cargos de autoría intelectual del Genocidio de Darfur, unas acusaciones que él niega.

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