BOGOTÁ.- Los
gobiernos de Colombia y Perú se oponen a una intervención militar para
poner fin a la crisis en Venezuela, lo que abre una brecha aparente con
Estados Unidos, que se ha negado a descartarla.
EE.UU.,
la oposición venezolana y gobiernos de todo Latinoamérica se reunirán
hoy en Bogotá, después de que un intento fallido de llevar ayuda
humanitaria a la nación hambrienta generara un fin de semana de
violencia en la frontera colombo-venezolana. Las fuerzas de seguridad
del presidente Nicolás Maduro rechazaron la comida y la medicina, bajo
el argumento de que la iniciativa es un pretexto para la invasión.
"Nunca
se ha contemplado la salida militar", dijo el ministro de Relaciones
Exteriores de Colombia, Carlos Trujillo, en una entrevista de radio el
lunes antes de abrir una reunión del Grupo de Lima, formado en 2017 para
abordar las crisis humanitaria y política de Venezuela. "Todas las
acciones son políticas y diplomáticas, y lo digo enfáticamente, para que
quede absolutamente claro, porque ha habido mucha especulación con
eso".
Los
comentarios de Trujillo fueron respaldados por el delegado de Perú, el
viceministro de Relaciones Exteriores, Hugo de Zela, quien dijo en
Bogotá que "el uso de la fuerza no es una solución".
El
líder de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, escribió en un
tuit el 23 de febrero que "todas las opciones" deberían considerarse
para liberar a Venezuela, haciendo eco de comentarios similares por
parte del presidente de EE.UU., Donald Trump. EE.UU. y más de otros 50
gobiernos reconocen a Guaidó como presidente interino de Venezuela, y
están pidiendo a Maduro que renuncie.
Guaidó
y el vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, se dirigirán al Grupo de
Lima el lunes para discutir medidas adicionales para expulsar a Maduro.
EE.UU. impuso castigos financieros a Venezuela en 2017, y el mes pasado
impuso sanciones mucho más duras al petróleo, con las que priva al
gobierno de una gran parte de sus ingresos. También hay sanciones
individuales contra los miembros del gobierno de Maduro.
Marco
Rubio, el senador republicano de Florida que ha asumido un papel
prominente en la lucha por políticas más firmes por parte de Washington,
publicó en Twitter fotos del exdictador panameño Manuel Noriega, quien
fue derrocado por una intervención de EE.UU. en 1990, y una imagen
sangrienta del linchamiento del dictador libio Moammar Gadafi, en una
aparente amenaza para Maduro.
La
portavoz de la Unión Europea para Asuntos Exteriores dijo el lunes a
periodistas en Bruselas que quiere "una solución pacífica y
democrática".
Mientras
tanto, algunos de los gobiernos que han reconocido a Guaidó como
presidente se están enfrentando a mayores presiones para explicar el
fundamento jurídico de su decisión.
La
aceptación de Guaidó por parte de Alemania tiene una base jurídica
"cuestionable", de acuerdo con un informe producido por investigadores
del parlamento en Berlín. El informe del Bundestag señala que el
reconocimiento de Alemania sumerge al país en una crisis constitucional
irresoluta en Venezuela, en contravención al derecho internacional y al
protocolo diplomático posterior a la Segunda Guerra Mundial de reconocer
a los Estados extranjeros, no a los gobiernos.
En
Brasil, el Partido de los Trabajadores, de la oposición, afirmó la
semana pasada que el país debía abstenerse de participar en lo que llamó
acciones intervencionistas de EE.UU. Con base en principios
constitucionales que prohíben la interferencia del país en los asuntos
de otras naciones, los líderes del partido presentaron solicitudes para
que los ministros de Defensa y Asuntos Exteriores testifiquen ante el
Congreso por el asunto.
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