Durante la reunión, el jefe de la diplomacia estadounidense "ha elogiado a Canadá por hacer frente a las prácticas económicas coercitivas e injustas de la República Popular China", ha señalado su portavoz, Tammy Bruce, en un comunicado.
El encuentro tenía por objetivo abordar formas de "colaboración" entre los dos países para hacer frente a "desafíos globales compartidos, como fronteras seguras y seguridad energética".
También han conversado sobre "cómo estamos trabajando juntos para abordar cuestiones geopolíticas clave, incluida la crisis en Oriente Medio, Ucrania y Haití", ha señalado por su parte la ministra de Exteriores canadiense, Mélanie Joly.
"Canadá y Estados Unidos son más fuertes cuando trabajan juntos como socios y vecinos", ha destacado en su cuenta de la red social X.
Estas palabras parecen quedar lejos de las polémicas palabras de Trump a su regreso a la Casa Blanca.
El republicano ha provocado un terremoto político en Canadá, país vecino al que ha amenazado con imponer aranceles comerciales y donde las discrepancias sobre cómo hacer frente al nuevo liderazgo en Washington ha provocado también la caída del gobierno central de Justin Trudeau, a quien Trump y sus acólitos catalogan como el "gobernador del estado 51" de Estados Unidos.
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