OTTAWA.- El nuevo líder del Partido Liberal de Canadá, Mark Carney, y que
previsiblemente sucederá al actual primer ministro, Justin Trudeau, al
frente del país, ha prometido este domingo que su gobierno mantendrá los
aranceles impuestos a la Administración de Donald Trump "hasta que los
estadounidenses nos muestren respeto".
En su discurso de aceptación, Carney ha asegurado que todo lo
recaudado a través de los aranceles se utilizará para ayudar a los
trabajadores, después de que el pasado martes anunciara la aplicación de
nuevas tasas a unos 300.000 millones de dólares canadienses (algo más
de 192.200 millones de euros) de bienes importados de Estados Unidos en
el marco de la guerra comercial desatada por el nuevo jefe de la Casa
Blanca.
"No pedimos esta pelea, pero los canadienses siempre
están listos cuando alguien más se rinde (...) Así que los
estadounidenses no deben cometer errores (...) En el comercio, como en
el hockey, Canadá ganará", ha declarado en medio de reiterados
llamamientos a la unidad.
"Trump piensa que puede debilitarnos
con su plan de dividir y conquistar (...) La división no ganará una
guerra comercial. La división no pagará el alquiler ni la hipoteca. La
división no bajará el precio de los alimentos. La división no hará
fuerte a Canadá. Aquí es donde nos lleva la política negativa, la
división y la ira", ha agregado en una comparecencia recogida por la
cadena de televisión CTV News.
Carney ha reconocido que "no
podemos cambiar a Donald Trump", por lo que ha defendido que "las nuevas
amenazas exigen nuevas ideas y un nuevo plan" y ha asegurado que, bajo
un "liderazgo positivo", su gobierno implementará políticas en aras de
"construir una economía más fuerte, crear nuevas relaciones comerciales
con socios fiables y asegurar nuestras fronteras".
El antiguo
presidente del Banco de Canadá --el banco central canadiense-- ha
pronunciado estas palabras después de ser elegido nuevo líder del
Partido Liberal con el 85,9 por ciento de los votos e imponiéndose a sus
otros tres rivales: Chrystia Freeland (8 por ciento), Karina Gould (3,2
por ciento) y Frank Baylis (3 por ciento).
Justin Trudeau,
quien en 2013 logró la victoria en las primarias con poco más del 80 por
ciento de votos, también ha comparecido este domingo, cuando ha dicho
que "servir como primer ministro ha sido el honor de mi vida, pero estoy
impaciente por dedicarme al cien por cien a mi papel más importante, el
de padre".
Así, ha defendido el trabajo de su formación en
"hacer que este país sea aún mejor", destacando que "los canadienses han
demostrado quiénes son" y "nos hemos unido".
"Nos hemos defendido unos a
otros" pese a que "estos últimos diez años han sido difíciles", ha
agregado.
Trudeau ha reconocido que "este es un momento
decisivo para la nación": "Su país los necesita ahora más que nunca", ha
señalado ante la multitud, al mismo tiempo que ha prometido que "los
liberales estarán a la altura de este momento".
En su
intervención, el primer ministro canadiense ha advertido asimismo de que
"la democracia no es un hecho".
"La libertad no es un hecho. Ni
siquiera Canadá es un hecho. Ninguno de ellos ocurre por accidente.
Ninguno de ellos continuará sin esfuerzo. Hace falta valor. Hace falta
sacrificio. Hace falta esperanza y trabajo duro", ha concluido.