BRUSELAS.- La Comisión Europea (CE) y Estados Unidos comienzan 
mañana lunes su cuarta ronda de negociaciones de cara a la conclusión, 
posiblemente en 2015, de un ambicioso y complejo acuerdo trasatlántico de libre 
comercio e inversiones (TTIP).
 Las tratativas entre 
Bruselas y Washington se prolongarán hasta el próximo 14 de marzo, 
cuando los negociadores de ambas partes, el español Ignacio García Bercero (en la imagen), por 
parte de la CE, y Dan Mullaney, por la de EEUU, explicarán los 
resultados en conferencia de prensa.
 "Será una ronda 
negociadora completa, en la que habrá discusiones globales" sobre todos 
los aspectos que incluirá ese tratado, señalaron fuentes comunitarias, 
que precisaron que se abordará desde el comercio de los servicios, las 
licitaciones públicas, las reglas de origen, las barreras técnicas al 
comercio, la agricultura, las aduanas o la facilitación comercial.
 Las mismas fuentes indicaron que "habrá reuniones muy intensas desde 
ahora hasta que llegue la pausa de las vacaciones de verano".
 El objetivo de ambos es cerrar el acuerdo hacia mediados de 2015 y dar 
así un fuerte impulso a sus economías y a la creación de empleo, pues el
 pacto hará de ambos territorios la mayor zona de libre comercio del 
mundo y supondría el 50% de la actividad económica mundial.
 Según datos europeos, el futuro TTIP podría aportar un beneficio de 
hasta 500 euros anuales a cada familia de la UE e incrementar el 
Producto Interior Bruto (PIB) comunitario en el 0,5 % anual.
 Para llegar hasta ese punto las partes deberán negociar con 
"intensidad" los contenidos, entre ellos el de acceso a los mercados, 
que "para la UE tiene que ser global e incluir las inversiones, los 
servicios y las licitaciones públicas", dijeron las fuentes.
 Precisaron que se discuten ya propuestas de textos precisos, que eventualmente podrían llegar a ser capítulos del futuro TTIP.
 También señalaron que las conversaciones que tienen por delante serán 
"complejas y complicadas. Se va paso a paso", y añadieron: "Son 
difíciles porque ambas partes tenemos intereses económicos muy fuertes",
 al tiempo que anticiparon que "habrá momentos difíciles y duros".
 Por el momento, la CE -que negocia en nombre de la Unión Europea- ha 
puesto ya sobre la mesa "una oferta muy ambiciosa", y añadieron las 
fuentes: "Pero la que Estados Unidos nos ha presentado es muy 
decepcionante porque no está al mismo nivel. Tienen que corregir el 
desequilibrio", aunque declinaron especificar más los puntos de 
divergencia.
 "No solo afecta a las tarifas, también 
faltan ofertas en (acceso a mercados para) inversiones y servicios, en 
licitaciones públicas", agregaron, al tiempo que apuntaron que para 
Bruselas la oferta estadounidense en esas áreas tiene que ser "tan 
ambiciosa como lo sea la de las tarifas".
 En otros 
aspectos por negociar, como el capítulo de la regulación de los 
servicios financieros, los comunitarios también esperan que Washington 
mejore su oferta.
 En el capítulo de la agricultura, 
en el que tradicionalmente se han visto enfrentados comunitarios y 
estadounidenses, la UE quiere mejorar la protección de la indicación 
geográfica de sus productos en Estados Unidos.
 En el 
consejo informal de responsables de Comercio de la UE, celebrado a fines
 de febrero en Atenas, el responsable de la negociación, el comisario 
europeo de Comercio, Karel De Gucht, señaló que los productos con 
"indicación geográfica" constituyen un mercado de 60.000 millones de 
euros y aunque forman parte del acervo comunitario, no están reconocidos
 internacionalmente.
 Al término de la tercera ronda 
negociadora, celebrada en Washington a mediados de febrero, De Gucht 
anticipó algunas áreas de difícil acuerdo, como pueden ser algunas de la
 agricultura que ambas partes consideran sensibles, entre ellas la 
seguridad alimentaria, el tratamiento con hormonas de la carne de vacuno
 o los transgénicos.
 De Gucht apuntó en Washington 
que "va a haber áreas" en las que no serán capaces de ponerse de acuerdo
 y como ejemplo citó la carne de ternera alimentada con hormonas en 
EEUU, de la que dijo que "no será permitida en la UE, no será parte de 
las negociaciones" porque no lo han discutido ni lo discutirán.
 También rechazó que la UE vaya a reducir los estándares sanitarios, de protección al consumidor o al medioambiente.
 La UE y EEUU, que comenzaron a negociar este acuerdo a mediados de 
2013, tienen ya la que se considera la relación económica más integrada 
del mundo, con un comercio de bienes y servicios cercano al billón de 
dólares y con inversiones que superan los dos billones de dólares.
 Un estudio independiente encargado por la CE calcula que un acuerdo 
proporcionará a la UE beneficios económicos de unos 119.000 millones de 
euros al año y a EEUU unos 95.000 millones.

 
 
 
 

 
 
