jueves, 16 de octubre de 2025

Lecornu supera dos mociones de censura pero sigue la negociación presupuestaria bajo presión

 PARÍS.- El segundo gobierno del macronista Sébastien Lecornu superó por poco este jueves dos mociones de censura, gracias al desmarque de la mayoría de los socialistas tras su promesa de suspender la reforma de las pensiones, y podrá comenzar al fin una complicada negociación parlamentaria para intentar sacar adelante antes de finales de este año los presupuestos para 2026.

La Asamblea Nacional rechazó por un estrecho margen de solo 18 votos la moción de censura presentada por la izquierda radical de La Francia Insumisa (LFI), respaldada también por la extrema derecha de Marine Le Pen, además de por comunistas y verdes, que logró 271 votos, por debajo de los 289 necesarios para salir adelante.

Mientras que la refrendada por la Agrupación Nacional de Le Pen y la Unión de Derechas por la República de Éric Ciotti cosechó 144 votos. «¡A trabajar! (...) los debates tenían que empezar y, como habéis visto, van a empezar», respondió Lecornu a preguntas de los periodistas a su salida de la Asamblea Nacional, donde los debates presupuestarios darán comienzo la próxima semana.

Pero la «no censura de hoy» de la mayoría de los socialistas «no es un pacto de no censura (...) No renunciamos a nada», advirtió a Lecornu el diputado socialista Laurent Baumel, encargado de defender la posición del partido en el debate de las dos mociones. 

Le previno sobre cualquier tentación del gobierno de usar «trampas» o «artimañas» para evitar congelar la reforma de las pensiones hasta enero de 2028 para que pueda ser debatida durante las elecciones presidenciales de la primavera de 2027.

Esa suspensión de la impopular reforma de 2023, que retrasaba de 62 a 64 la edad mínima de jubilación, se llevará a cabo a través de una enmienda al presupuesto de la seguridad social de 2026.

 «Usted es el garante de que, al final del proceso, la suspensión se convierta en una realidad jurídica. La propia continuidad de su Gobierno está ahora vinculada a este compromiso». Pero además, eso «no le exonera de hacer nuevas concesiones (...) si queremos que Francia tenga unos presupuestos y un Gobierno al final de este año», dijo Baumel.

«Este es el momento de la verdad. ¿Queremos un orden republicano con debates en la Asamblea Nacional o lo que queremos es desorden, la ralentización del país?. Censurar un texto con el que no estamos de acuerdo es comprensible; censurar basándose en la ausencia de un texto es simplemente falta de sentido común», espetó Lecornu a los promotores de las dos mociones.

Al RN (primera fuerza en la Asamblea Nacional, con 123 escaños) y a la LFI (segunda, con 71 de 577 diputados), Lecornu les recriminó sus «maniobras políticas» para intentar forzar un adelanto electoral.

 Sus mociones de censura «no tienen precedentes en la historia de la V República porque sería prácticamente la primera vez que la Asamblea Nacional decide autocensurarse y negarse a participar en los debates parlamentarios. 

La historia, en cualquier caso, juzgará con mucha severidad», advirtió.

El proyecto de presupuestos «es un auténtico museo de todos los horrores» y «el acto final de un sistema político al límite de sus fuerzas», declaró Le Pen, quien espera «con impaciencia» un adelanto electoral, que tendrá que esperar. 

Por eso, arremetió contra la «coalición lamentable» para salvar a Macron, así como contra la «insondable estupidez de la postura» que evitó hoy la caída del gobierno de Lecornu, en una daga lanzada especialmente contra los socialistas.

La «suspensión» de la reforma de las pensiones «es sólo un señuelo», dijo Aurélie Trouvé, la diputada de la LFI encargada de defender la moción de la formación del líder de la izquierda radical. 

Nada más conocer el fracaso de su moción, la jefa del grupo de LFI en la Asamblea Nacional, Mathilde Panot, anunció la presentación de una nueva moción de destitución contra el presidente francés, Emmanuel Macron, que se perfila abocada de nuevo a la derrota y llamó también a los activistas y votantes del Partido Socialista a «romper filas» con el liderazgo actual de Olivier Faure.

Este último arremetió, por su parte, contra la «hipocresía» de los que votaron a favor de la moción de censura de LFI, ya que sabían de antemano que de haber triunfado «el gobierno implementaría su presupuesto mediante una ley especial» sin usar la oportunidad que se abre ahora de modificar las cuentas públicas para 2026 durante la negociación parlamentaria. 

Esto es posible gracias al compromiso de Lecornu de no recurrir al artículo 43.9 de la Constitución para aprobar leyes sin voto parlamentario, como le pidieron los socialistas.

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