FRÁNCFORT.- La toma del euro como moneda oficial es una de las medidas que desde su creación, ha tomado la Unión Europea.
Varios países del grupo más mayoritario de Europa, así como algunos
externos, han ido adhiriendo esta divisa con el paso de los años, y a
día de hoy, todavía hay otros estados miembros y no miembros interesados
en entrar en la Eurozona. El próximo podría ser uno de los países más
baratos de todo el continente europeo, que supondría un hito en su
historia al usar el efectivo común en la UE: Bulgaria.
Hasta la fecha, Bulgaria es uno de los países miembros de la Unión
Europea que, pese a tratarse de una medida conjunta, no adoptó el euro
como moneda común ni en el momento en el que fue instaurado por la
entidad ni tiempo después como lo han hecho otros territorios. Pese a
que ha mostrado bastante interés en entrar en el euro cuanto antes, lo
cierto es que continúa usando su divisa, el lev búlgaro.
Esto se debe a que debido a problemas de inflación, el proceso de
adopción del euro se ha ralentizado con los años, así como el Banco
Central Europeo ha negado en varias ocasión su inclusión. Y eso que está
en la lista de Bruselas para obtener este sello definitivo, al igual
que otros como Rumanía, Hungría, República Checa, Suecia y Polonia.
Según las normas de la Unión Europea y de acuerdo al Tratado de
Maastricht, todos los países de la Unión Europea están obligados a usar
el euro salvo Dinamarca, que cuenta con una cláusula de exclusión
voluntaria que le permite dar prioridad a la corona danesa.
Pese a la obligación, los países que quieran y deban usar el euro deben
cumplir una serie de requisitos relacionados con su política monetaria
para considerarse aptos. Así, Croacia fue el último país en adoptar el euro, ingresando en 2023 y dejando a un lado la kuna croata.
Y Bulgaria, que aún tiene que resolver algunos flecos, está posicionado
como el próximo país que podría entrar en la zona euro, en los próximos
años e incluso dentro de unos meses, ya que se habla de que su entrada
podría darse en 2026.
El pasado agosto de 2024, el Parlamento búlgaro aprobó la la Ley de
Introducción del Euro en el país, que regula los principios, reglas y
procedimientos para la introducción de la moneda europea.
Aunque no
establece la fecha exacta, se determina que habrá "un periodo de
doble circulación de levs y euros" en los primeros años, para
posteriormente decir adiós de forma definitiva a la divisa de Bulgaria y
adoptar la europea como única. La normativa, con el visto bueno del
Banco Nacional de Bulgaria, podría entrar en vigor a partir del 1 de
julio de 2025, o a más tardar, en 2026.
En la misma línea, la Unión Europea recuerda que los países deben cumplir los criterios de convergencia económica acordados:
la estabilidad de los precios (inflación controlada), finanzas públicas
saneadas (sin déficit excesivo), tipos de interés a largo plazo y
estabilidad del tipo de cambio.
Si bien en el último informe del BCE
se establece que Sofía ha cumplido con tres de los criterios, todavía
tiene pendiente el control de la inflación. No obstante, no descarta que
su ingreso en el euro, que estaba fijado en 2025, pueda darse en 2026, puesto que el país demostró una importante mejoría.
Según Eurostat, la inflación anual media en Bulgaria se sitúa en un
2,8%, acercándose al margen máximo del 1,5% sobre los tres países de la
Eurozona con menor inflación, una condición indispensable para la
adhesión. Sofía ha tenido que posponer varias veces su ingreso de 2021,
pero parece cerca de ser el país número 27 en unirse a la divisa común
europea.
Hasta la fecha, los estados que usan el euro son veinte
miembros de la UE (Alemania, Austria, Bélgica, Croacia, Chipre,
Estonia, Eslovenia, Eslovaquia, España, Francia, Finlandia, Grecia,
Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Países Bajos y
Portugal) y seis externos, cuatro de ellos por acuerdos monetarios
(Andorra, Ciudad de Vaticano, San Marino y Mónaco) y otros dos por
circunstancias extraordinarias (Montenegro y Kosovo).