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viernes, 2 de marzo de 2018

El 30% de la madera utilizada en el mundo es de origen ilegal

MADRID.- El 30% de la madera que se comercializa en el mundo "es de origen ilegal", un negocio que en 2016 movió entre 50.700 y 152.000 millones de dólares, según ha denunciado Greenpeace un día antes del tercer aniversario de la entrada en vigor del Reglamento europeo de la madera (EUTR).

El responsable de la campaña de Bosques de Greenpeace, Miguel Ángel Soto, ha explicado que España "importa desde Brasil madera ilegal para suelos, exteriores, jardines, piscinas, entre otras actividades, lo que significa un fraude" ya que no tiene el certificado de madera de cultivo sostenible (IPS).
Pero también se importa madera ilegal desde Camerún y República Democrática del Congo, ha dicho Soto, la misma que entra por los puertos de Valencia, Galicia o Algeciras, entre otros, y ha añadido que, sin embargo, en las diferentes comunidades autónomas no hay control de ese mercado.
Ha habido un solo caso de política correctora, tomada por la Generalitat de Cataluña, que ha "multado a una empresa por la importación de teka ilegal desde Birmania".
Según el informe publicado hoy por Greenpeace, en España "sale barato" comerciar con madera sospechosa de origen ilegal ya que las administraciones públicas españolas han mostrado "una absoluta desidia" a la hora de aplicar el EUTR, lo que ha contribuido a que "la impunidad" campe en el sector de los importadores de madera o de productos forestales.
El EUTR, aprobado en 2010 y cuya entrada en vigor fue el 3 de marzo de 2013, es una norma de obligado cumplimiento para todos los países miembros de la Unión Europea, y contribuye a evitar amenazas a las poblaciones indígenas que son desplazas de sus hábitats, la degradación de los bosques, la pérdida de biodiversidad y el agravamiento del cambio climático.
El problema en España "es que a pesar de que existe la legislación al respecto, muchas de las comunidades autónomas no han nombrado una autoridad responsable" que controle la entrada de madera talada de forma ilegal.
La norma europea establece la obligación por parte de las empresas comercializadoras de productos forestales de evitar la entrada de madera procedente de talas ilegales.
Es una situación "desmoralizante", según el responsable de Greenpeace, ya que a pesar de la entrada del EUTR, en España, además, entra madera ilegal de "forma transformada", es decir, por medio de muebles, objetos de madera, productos que "provienen principalmente del mercado asiático" y que llegan vía China.
Esos productos se fabrican en territorios donde hay "falta de gobernanza, impunidad y altas tasas de corrupción", ha aseverado Soto, en "países como Congo, algunos latinoamericanos y del sureste asiático".
El mercado ilegal de madera "es una realidad reconocida por organismos internacionales como la ONU o el Banco Mundial", y que junto al "tráfico de droga, de armas y de personas, generan mercados negros que no pagan impuestos".
Además, generan más pobreza, ya que los fondos para el "aprovechamiento a futuro de la economía de esos países, se ven mermados" por ese mercado ilegal.
Soto ha asegurado que "el panorama es desolador" porque minimiza el problema. Es una situación en la que si hubiese "control legal", se haría "responsable a todo el mundo, tanto a los que compran en los mercados ilegales como a los que consumen".

jueves, 17 de septiembre de 2015

Un informe revela el creciente comercio ilegal de madera desde Birmania a China

PEKÍN.- El comercio ilegal de madera desde Birmania a China es un negocio creciente que mueve cientos de millones de dólares al año y que, de no detenerse, puede provocar un aumento de los conflictos, la violencia y la destrucción forestal en la zona, revela un informe presentado hoy en Pekín.

El documento de la ONG Agencia de Investigación Ambiental (EIA) es fruto de una extensa investigación encubierta en ambos países y se presenta después de que 155 ciudadanos chinos, acusados de un delito de tala ilegal, fueran encarcelados en julio en Birmania (y posteriormente liberados).
Ese caso "arrojó luz" sobre cómo cantidades enormes de madera robadas de los bosques birmanos pasan a China sin ningún tipo de obstáculo, según la EIA.
Los arrestados trabajaban para una serrería, explica la EIA, y se vieron inmersos en una operación de las fuerzas militares birmanas, que asaltaron una enorme operación de tala en una zona fronteriza de Birmania con China.
Su caso es un ejemplo de lo que ocurre en el país. El informe desvela cómo en Kachin, el estado más al norte de Birmania y fronterizo con China, "todas las partes sacan provecho: desde las turbias compañías chinas pagando con lingotes de oro por el derecho para talar montañas enteras hasta la corrupción oficial que permite que la madera pase por diferentes controles".
"Se suele pensar que este comercio transfronterizo es caótico, pero en realidad está muy bien organizado", indicó en la presentación Julian Newman, director de campaña de EIA.
El estado de Kachin y la provincia china de Yunnan, con la que limita al este, están en el "centro del comercio" pero cada vez más la madera robada proviene de zonas más adentradas de Birmania que alimentan a fábricas del sur y este de China.
La mayoría de la madera que pasa por la frontera es ahora mismo palisandro y teca, apunta la ONG.
Hay diversos actores claves en este comercio ilegal, entre ellos, el Ejército birmano, los grupos de rebeldes -quienes se llevan parte de los beneficios- o las agencias de aduanas chinas.
"Si pagas (a las aduanas chinas) los impuestos al entrar al país, ya es considerado legal en el país", señaló Jago Wadley, miembro del equipo de investigadores forestales del EIA, y añade que quien está haciendo "dinero real" con este negocio es China.
La campaña anticorrupción impulsada por el presidente chino, Xi Jinping, ha tenido "algo" de impacto en este negocio, ya que quien compra la madera son funcionarios del Gobierno, apuntaron los miembros del EIA.
El volumen de comercio registró un pico en 2005, cuando un millón de metros cúbicos llegaron a pasar la frontera pero, seguido de un breve paréntesis en el que el Gobierno chino frenó el negocio, la escala está otra vez rozando niveles altos.
Ante ello, Faith Doherty, la responsable de la campaña del equipo forestal del EIA, urgió a los Gobiernos de ambos países implicados que tomen cartas en el asunto. "Están en juego algunos de los bosques más importantes del Sudeste asiático", dijo.
No sólo se destruirá un importante valor forestal -advierte-, sino también la estabilidad de la zona.