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sábado, 23 de diciembre de 2023

El resumen internacional de un 2023 de nuevo marcado por guerras y tensiones geopolíticas


LONDRES.-  Los conflictos han dominado en gran medida un 2024 que, en el ámbito internacional, ha dejado cambios de gobierno, tensiones geopolíticas, desastres naturales y violaciones de los Derechos Humanos, entre otras noticias aparejadas en ocasiones a nombres propios de políticos responsables de cuestionadas decisiones.

Desde el 7 de octubre, gran parte de los focos han apuntado hacia la Franja de Gaza, origen de un atentado sin precedentes a manos de milicianos de Hamás con 1.200 víctimas mortales que desató una ofensiva militar israelí que acumula más de 20.000 palestinos fallecidos.

El conflicto ha consolidado a Estados Unidos como principal valedor de Israel, pese a las crecientes críticas tanto internas como desde el extranjero a la labor del Gobierno de Benjamin Netanyahu, que vio alejarse la perspectiva de normalización política con el mundo árabe sobre el que venía años trabajando.

El temor a un contagio del conflicto es constante, habida cuenta de los lazos que Irán mantiene no sólo con Hamás, sino también con Hezbolá en Líbano o, en Yemen, con los rebeldes hutíes, protagonistas en las últimas semanas por sus amenazas a la navegación comercial en el mar Rojo. Irán, además, ha suscrito en 2023 un histórico acuerdo para normalizar relaciones con Arabia Saudí.

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha expresado en varias ocasiones su temor a que la agresión militar rusa haya quedado en un segundo plano y, por extensión, los aliados occidentales comiencen a flaquear en cuanto a apoyo. El Congreso estadounidense titubea para aprobar nuevas ayudas, si bien la batería de sanciones contra Rusia sigue y, por ejemplo, la UE ya acumula 12 tandas.

En el terreno militar, las fuerzas ucranianas lograron ciertos avances tras el lanzamiento en junio de una contraofensiva, pero los frentes no han sufrido grandes cambios en las últimas semanas. El temor a un estancamiento que cronifique el conflicto se extiende, por lo que Kiev pide más y mejores armas.

Esta guerra ha derivado dentro de Rusia en el mayor desafío hasta la fecha para el poder de Vladimir Putin: la rebelión lanzada en junio por el Grupo Wagner, una red de mercenarios liderada por el oligarca Yevgeni Prighozin, que terminó falleciendo en un supuesto accidente aéreo el 23 de agosto. Putin se lava las manos mientras confirma que se presentará a la reelección en marzo de 2024, de nuevo sin grandes rivales enfrente.

Las diferentes guerras sirven para que las principales potencias se posicionen y, así, han evidenciado los diferentes enfoques entre Estados Unidos y China, llamados a ser los dos principales polos de poder global. Pekín y Washington libran además su particular tira y afloja bilateral que va desde lo comercial a lo político y que vivió un periodo de especial tensión tras el derribo en febrero de un presunto globo espía chino por parte de Estados Unidos.

El presidente de China, Xi Jinping, inició en marzo el que es ya su tercer mandato, marcado en sus primeros compases por una consolidación de poder que ha implicado purgas y una reivindicación de cuestiones geopolíticas clave como puede ser la soberanía sobre Taiwán, potencial polvorín político e incluso militar.

En Estados Unidos, en cambio, los principales líderes toman posiciones para un 2024 con elecciones presidenciales a la vista. El actual mandatario, Joe Biden, volverá a presentarse, mientras que su teórico rival, Donald Trump, no renuncia a una nueva candidatura pese a haber acumulado una batería de causas judiciales en este año que ahora termina: al posible fraude empresarial se le suman imputaciones por su papel en el asalto al Capitolio y por poner en duda el proceso electoral de 2020.

Europa ha visto en 2023 cómo se coronaba a un rey, Carlos III, y cómo crecían las amenazas terroristas en varios países, derivadas en parte de las tensiones en Oriente Próximo. Finlandia, Eslovaquia y Polonia han vivido cambios de Gobierno mientras que Países Bajos y Portugal atisban ya el final de sus respectivos primeros ministros, Mark Rutte y António Costa, este último salpicado por un presunto escándalo de corrupción.

La Unión Europea se ha visto obligada a replantear su futuro como bloque, abriéndose a nuevas incorporaciones como la de Ucrania pese a no haber avanzado en el debate pendiente sobre la ampliación, a no encontrar una voz común en conflictos como el de Gaza y a sufrir situaciones de bloqueo como la liderada por Hungría, cuyo líder, Viktor Orbán, ha cuestionado enfoques clave.

En el tramo final del año, los Veintisiete han salvado consensos como una regulación sin precedentes sobre inteligencia artificial o un pacto migratorio que refuerza el control en fronteras y plantea una solidaridad a la carta. El Mediterráneo es la ruta migratoria más mortífera del mundo y acumula más de 28.000 fallecidos desde 2014 --en junio medio millar de migrantes perecieron en un único naufragio cerca de Grecia--, según la ONU.

Fuera de la UE, en los Balcanes, la situación sin resolver del norte de Kosovo ha relanzado las tensiones con Serbia y, más al este aún, una ofensiva azerí sobre la región separatista de Nagorno-Karabaj ha empujado a Armenia a unos 100.000 refugiados y ha permitido a Azerbaiyán hacerse con el control definitivo de la zona.

En América Latina, el año arrancó el 1 de enero con la toma de posesión en Brasil del presidente Luiz Inácio Lula da Silva y siguió apenas unos días después con un asalto a las sedes de los principales poderes en Brasilia por parte de simpatizantes del exmandatario Jair Bolsonaro.

También ha habido cambio de Gobierno en Ecuador, donde el empresario Daniel Noboa ha tomado las riendas tras la caída antes de tiempo de Guillermo Lasso, y en Argentina, que ha pasado página del peronismo de forma abrupta para escorarse hacia la ultraderecha de la mano de Javier Milei.

En Guatemala, los comicios han derivado en un pulso sin precedentes liderado por el Ministerio Público para poner en tela de juicio la victoria del izquierdista Bernardo Arévalo, que tomará posesión en enero, mientras que en Venezuela el chavismo y la oposición intentan a duras penas sentar las bases de un proceso electoral con garantías que depende entre otras cosas de la revisión de inhabilitaciones de dirigentes clave como María Corina Machado, vencedora de las primarias opositoras de octubre.

miércoles, 14 de junio de 2023

¿Cuáles son los 6 Estados "pendulares" que decidirán el futuro de la geopolítica?


MOSCÚ.- En la actualidad, la atención de EEUU debería centrarse en seis países "indecisos" del sur global que se niegan a apoyar a Occidente en la prestación de asistencia militar a Ucrania y en la imposición de sanciones contra Rusia, afirmó Cliff Kupchan, presidente de la consultora de riesgo político Grupo Eurasia a Sputnik News.

Según el experto, los seis Estados que determinarán el futuro de la geopolítica son Brasil, la India, Indonesia, Arabia Saudita, Sudáfrica y Turquía.
"Estos Estados pendulares del sur global no están totalmente alineados con ninguna de las dos superpotencias [EEUU y China] y, por tanto, son libres de crear nuevas dinámicas de poder. Todos son miembros del G20 y activos tanto en geopolítica como en geoeconomía. Estos seis países son también un buen barómetro de las tendencias geopolíticas generales del sur", escribió en un artículo para Foreign Policy.
Se destacó también que los seis Estados, aunque a menudo son menos poderosos que los países del norte global, desempeñan un papel cada vez más importante en las relaciones internacionales y su interés es mucho mayor.
En mayo, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, hizo una incursión fuera de Ucrania, visitando la ciudad saudí de Yeda y la japonesa Hiroshima. Como parte de esa visita, el dirigente esperaba recabar el apoyo principalmente de Brasil, la India, Indonesia y Arabia Saudita porque, como señala Kupchan, estos países tienen una considerable influencia geopolítica y ninguno de ellos condenó la operación militar especial rusa en Ucrania. Asimismo, se negaron desde el principio a apoyar a Occidente en la prestación de ayuda militar a Kiev y en la imposición de sanciones contra Rusia. Algunos de ellos incluso intentaron oponerse a las medidas restrictivas antirrusas o socavarlas.
Por ejemplo, Turquía fue uno de los países que envió a Rusia los mayores volúmenes de productos de doble uso, "violando así el espíritu y posiblemente la letra de las sanciones occidentales".
Por su parte, la mayoría de los demás países del sur global prefieren mantenerse neutrales, y algunos, como Sudáfrica, se inclinan totalmente a favor de Rusia. Los seis mantuvieron o aumentaron sus relaciones comerciales y de otro tipo con Moscú desde el inicio del conflicto en torno a Ucrania.
Kupchan subrayó que la manifestación de un aumento significativo de su influencia puede verse en sus iniciativas de mediación. Así, el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, tomó su propia iniciativa para resolver la crisis ucraniana, y la India está considerando mediar en ella en el futuro. Todo ello, apuntó el autor, les permitirá actuar como mediadores en otros conflictos.
En la actualidad, el principal contrapeso a la dominación occidental se llama BRICS, una asociación interestatal formada por Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica. Pero la cuestión de si este organismo se convertirá en una institución más formal que pretenda representar al sur global sigue abierta.
Concluyendo su artículo, el autor pide a Washington que preste más atención a los seis Estados "pendulares" para evitar un debilitamiento significativo de su posición en el equilibrio de poder mundial. 
El hecho de que no hayan apoyado a EEUU en la cuestión de la crisis ucraniana o la competencia con China sugiere que se están alejando de la órbita estadounidense. 
 Según el autor, Washington necesita pensar en una estrategia diplomática no solo para cada uno de los seis países, sino también para el sur global en su conjunto.
 

domingo, 29 de septiembre de 2019

Los últimos países comunistas en el mundo

PARÍS.- Además de la República Popular China, que el 1 de octubre conmemora los 70 años de su creación, quedan otros cuatro países comunistas en el mundo: Cuba, Corea del Norte, Vietnam y Laos.

Estos Estados, que suman aproximadamente 1.540 millones de habitantes, mantienen el sistema de partido único heredado del marxismo-leninismo, que reprime cualquier tipo de oposición y de libertad de expresión.

Todos, excepto Corea del Norte, se abrieron a la economía de mercado.

- Cuba -
Los comunistas están en el poder en Cuba desde hace 60 años.
El 1 de enero de 1959, la revolución liderada por Fidel Castro derrocó a la dictadura de Fulgencio Batista e instauró una República socialista.
En 2006 Raúl Castro se convierte en sucesor de su hermano y favorece la actividad económica privada. En 2011 autoriza a los particulares a comprar y vender sus viviendas y en 2013 levanta las restricciones que impedían a los cubanos viajar al extranjero.
A partir de 2014 alienta también las inversiones en el extranjero.
En abril de 2017 Miguel Díaz-Canel se convierte en presidente.
Cuba, bajo embargo de Estados Unidos desde 1962, sufre actualmente escasez de gasolina por las sanciones estadounidenses reforzadas, en represalia por su apoyo a Venezuela.
Desde este año, una nueva Constitución reconoce el mercado y la propiedad privada como parte de la economía nacional, pero insiste en el carácter "irrevocable" del socialismo.
El 2,7% de la población cubana vive con menos de tres dólares al día, según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en 2018.
La oenegé Amnistía Internacional denuncia la detención arbitraria de disidentes así como la censura.

- Corea del Norte -
El Partido Comunista dirige desde hace 74 años Corea del Norte, uno de los países más cerrados del mundo.
En 1945, Corea se dividió en dos partes, el Norte, apoyado por la Unión Soviética y dirigido por Kim Il Sung, y el Sur, protegido por Estados Unidos.
El 9 de septiembre de 1948 Kim Il Sung fundó la República Popular Democrática de Corea.
En los años 1990 este país aislado del resto del mundo sufrió una hambruna que dejó entre 900.000 y dos millones de muertos, según estimaciones.
En 2002, Kim Jong Il, hijo de Kim Il Sung, alentó la liberalización económica pero mantuvo un estricto control del Estado sobre la economía.
El país más militarizado del mundo reconoció en 2003 que quería obtener armas nucleares lo que llevó a muchos Estados a cortar sus relaciones diplomáticas o a sancionarlo.
En 2009, el país revisó su Constitución, suprimió cualquier referencia al comunismo y proclamó la supremacía del 'kimilsunismo' y el 'mimjongilismo'. Kim Jong Un se convierte en 2011 en el tercer dirigente de la dinastía Kim.
Según Amnistía Internacional hay 120.000 personas detenidas arbitrariamente en campos de presos políticos.

- Vietnam -
El Partido Comunista dirige Vietnam desde hace 44 años.
Cuando terminó la guerra de Indochina, en 1954, Vietnam quedó partido en dos: la República Democrática de Vietnam, en el norte, dirigida por Ho Chi Minh, y la República de Vietnam, en el sur, con apoyo de Estados Unidos.
Cuando terminó la guerra de Vietnam, los comunistas del Norte entraron en Saigón el 30 de abril de 1975, a la que llamaron Ciudad Ho Chi Minh. Vietnam está reunificado desde 1976.
A partir de 1986 el régimen se abre a la economía de mercado. En 1994 Estados Unidos levanta su embargo y el país vive un bum de inversiones extranjeras.
En el año 2000, Vietnam y Estados Unidos firman un acuerdo comercial y abre la bolsa de Ciudad Ho Chi Minh. En 2007, Vietnam entra en la Organización Mundial de Comercio (OMC).
A pesar de un importante crecimiento económico (7,1% en 2018), la pobreza afectaba al 9,8% de la población en 2018, según datos del Banco Mundial.
Desde 2017 se intensificó la represión, según Amnistía Internacional, lo que llevó a varios activistas políticos y a defensores de derechos humanos al exilio.

- Laos -
Después de 43 años de régimen comunista, Laos es uno de los países más pobres de Asia.
Esta excolonia francesa (hasta 1953) se convierte en comunista a finales de 1975, cuando termina la guerra de Vietnam, tras la caída de la monarquía, derrocada por los revolucionarios.
El Partido Popular Revolucionario de Laos (PRPL), que tiene el poder político y militar, también controla los tribunales y los medios de comunicación. En 1986 decide liberalizar la economía.
En 2011 abre la bolsa de Vientián, la capital. El país es miembro de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) desde 1997 y de la OMC desde 2013.
El 77,2% de la población vive con menos de tres dolares al día, según datos del PNUD en 2017 y casi un tercio de los niños de menos de cinco años sufre malnutrición.

sábado, 28 de septiembre de 2019

Geopolítica y cambio climático inquietan a las familias más ricas del mundo

LONDRES.- Las familias más ricas del mundo están preocupadas por la guerra comercial entre Estados Unidos y China, el Brexit, el populismo y el cambio climático, y están conservando más su dinero en efectivo, según una encuesta a “family offices” realizada por el administrador patrimonial más grande del mundo. 

Un 42% de las “family offices”, creadas para administrar la riqueza de una o más familias ricas, han aumentado sus reservas de efectivo este año, según el sondeo a 360 ​​plataformas de inversión realizado por el banco suizo UBS y la firma Campden Wealth Research.
Las reservas de efectivo totales fueron un 7,6% de las inversiones de las “family offices” en 2019, un aumento de 70 puntos básicos respecto al año anterior. 
El 55% de los ejecutivos de las “family offices” espera que el próximo año comience una recesión, el 63% cree que el Brexit es negativo para Reino Unido como destino de inversión a largo plazo y el 84% piensa que el populismo no disminuirá en 2020.
“Las ‘family offices’ están teniendo una visión sombría de los eventos geopolíticos”, dijo Sara Ferrari, directora de Global Family Office Group de UBS.
El 53% de este tipo de plataformas ven el cambio climático como la mayor amenaza para el mundo y las nuevas generaciones gestionan el dinero familiar poniendo en la agenda la inversión sostenible, según la encuesta.
Las opiniones de las “family offices” no difieren necesariamente de las de inversores institucionales (fondos de pensiones, aseguradoras y fondos soberanos) o de los administradores de activos que ayudan a invertir su dinero, sostuvo Ferrari.
Pero las “family offices” tienen más flexibilidad en sus inversiones, están menos vinculadas a índices de referencia específicos y tienden a invertir más en activos ilíquidos a largo plazo, añadió.