La esperanza media de vida de los andorranos es de 83,5 años, la mayor del mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Muchas actividades de carácter público cuidan mucho de la participación de los mayores. Así, entre algunas iniciativas encontramos el provocar que estos se muevan y hagan ejercicio en uno de los siete centros públicos de que disponen para ello.
Cualquier anciano que desee acercarse a un gimnasio para realizar, por ejemplo, aeróbic acuático en una piscina olímpica, dispondrá de transporte público gratuito.
La preocupación por la vida saludable se extiende de igual manera a los restaurantes.
"Hace años no se nos pasaba por la cabeza intervenir a pacientes con 80 o 90 años, sin embargo hoy esto ha cambiado y las intervenciones sobre este tipo de pacientes acaban generalmente en éxito", dice a la BBC Lluis Pallares, cirujano de este pequeño país, que cuenta con un centro médico que nada tienen que envidiar al los del resto de Europa.
Andorra sólo dispone de una cárcel y en ella hay apenas 50 reclusos. La seguridad en las calles del pequeño país pirenaico es otro punto a favor del bienestar en el que viven sus ciudadanos.
Los andorranos no se privan del tabaco ni del alcohol. El primero, libre de impuestos, gana en ventas con los años y este aumento poblacional. El vino tinto es la bebida preferida de los andorranos, según recoge la BBC, algo que incluso es del agrado de centros sanitarios.
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