
En términos mensuales, el Índice de Precios de Consumo (IPC) aumentó un 0,3% en febrero, frente a una subida del 0,2% en enero, agrega la nota.
Este elevado nivel de la inflación en las economías de la OCDE obedece principalmente a la presión alcista de la energía, que se encareció un 13,9% en términos interanuales, dos décimas más que en enero.
El segundo componente que presionó los precios al alza fue el encarecimiento de los alimentos, que registraron un incremento interanual del 4,9%, tres décimas menos que en enero.
La inflación subyacente, que excluye el precio de alimentos frescos y energía, aumentó un 2% interanual en febrero, manteniéndose en el mismo nivel que en enero.
El IPC armonizado de la eurozona aumentó un 3,3% en febrero en términos interanuales, mientras que en EEUU, la inflación alcanzó el 4% en febrero respecto al mismo mes del ejercicio anterior. En Japón, el IPC aumentó un 1%, tres décimas más que en enero.
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