
El dirigente cubano asegura que al cumplirse "seis largos años de aquel doloroso episodio, en la actualidad, se conoce que hubo desinformación deliberada". "Lo más dramático es la afirmación de que posiblemente nunca se conozca lo que verdaderamente ocurrió", continua Castro, convaleciente desde el 31 de julio del año pasado por una grave enfermedad estomacal.
Entre los misterios por esclarecer, según Castro, se encuentra el hecho de que el mismo día que los terroristas perpetraron su ataque, "en los sótanos de esas torres (...) había depositadas alrededor de 200 toneladas de barras de oro" y de que había orden de "disparar a muerte contra todo el que intentara penetrar hasta el oro". También siembra dudas sobre el motivo último del derrumbe de los dos rascacielos más emblemáticos de Nueva York: "Los cálculos sobre estructuras de acero, impactos de avión, cajas negras encontradas y lo que estas revelaban no se ajustan a los criterios de matemáticos, sismólogos, especialistas en información y especialistas en demolición, etcétera".
Para acabar de echar por tierra la versión oficial de los hechos, Castro dice que "analizando el impacto de aviones similares al proyectado contra las torres, caídos por accidente en ciudades densamente pobladas, se concluye que ningún avión se estrelló sobre el Pentágono". "Fuimos engañados al igual que los habitantes del resto del planeta", añade el artículo, leído en la televisión estatal y que da continuidad a las llamadas Reflexiones que Castro viene escribiendo desde finales de marzo sobre distintos temas de actualidad internacional.
Como suele ser habitual en este tipo de artículos, Castro omite cualquier comentario sobre su estado de salud. A sus 81 años, no aparece en público desde el 26 de julio de 2006 y en sus trece meses de convalecencia, el mandatario sólo se ha visto en fotografías y vídeos, el último en una entrevista difundida el 5 de junio por la televisión estatal cubana.- (EFE)
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