
Ésas son las conclusiones de los más de 300 expertos que han realizado una prospectiva sobre el futuro medioambiental de los países ribereños del Mediterráneo en 2025.
Los 21 países bañados por el Mediterráneo encargaron al Plan Azul, un observatorio del medio ambiente y del desarrollo sostenible de la cuenca mediterránea impulsado por
Según ese documento, mientras que la población de los países ribereños habrá aumentado en 2025 el 22,7% (hasta los 524 millones de habitantes), en las zonas urbanas ese incremento será del 75%.
Más de 300 millones de turistas
Además, la población de las localidades costeras aumentará el 28% (de
Las zonas costeras serán las que más empeorarán con el paso de los años, ya que "para atender esos incrementos habrá que construir puertos, carreteras, aeropuertos y viviendas", ha explicado el vicepresidente del Plan Azul y ex ministro de Medioambiente de Túnez, Mohamed Ennabli.
A esas infraestructuras habrá que añadir unas 160 centrales energéticas más (lo que supondrán un incremento del 80% respecto a las que había al comenzar la década), así como "varias docenas de refinerías" y unas 175 desaladoras.
La costa “artificial”
Está previsto que el transporte de personas en la zona se duplique y que el de mercancías se multiplique por 2,6 (sólo el marítimo crecerá a un ritmo anual del 5,6 % durante los próximos 25 años). Todo ello exigirá, según Ennabli,
Eso sumado a la desertización de los países del sur y este de la zona, provocará daños sociales y medioambientales importantes, que acentuarán la pobreza de las zonas rurales, acelerarán la pérdida de la biodiversidad y dificultarán la obtención de agua potable.
Conciencia limpia
Para combatir esas tendencias y mejorar la calidad de vida de las próximas generaciones, el Plan Azul propone toda una serie de medidas de desarrollo sostenible. Ante todo, Ennabli explicó que es necesario que los estados tomen conciencia de que su desarrollo socioeconómico pasa por el mantenimiento de un "entorno natural sano".
Un gran reto para esas fechas será la gestión del agua potable, ya que al no poder aumentarse la oferta, dadas "las escasas lluvias de la zona, que tiende a la desertización", Ennabli apuntó que habrá que recortar la demanda prevista al menos un 24%.
Igualmente, habrá que reducir el ritmo de crecimiento de la demanda energética (que en los últimos 30 años se ha duplicado) a por lo menos la mitad de lo que refleja la prospectiva elaborada por los expertos de
Otro problema creciente es, según Ennabli,
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