
Según explica el instituto, las expectativas económicas se han visto perjudicadas por las elevadas presiones sobre los precios registradas en abril. Los elevados niveles de inflación reducen la renta disponible de los consumidores y por lo tanto, debilitan el consumo privado.
"El ligero optimismo del mercado financiero del pasado mes parece ser solamente un fenómeno temporal. Los nuevos máximos del euro junto al precio del petróleo han reducido otra vez las expectativas", recuerda el presidente del instituto, el profesor Wolfgang Franz.
"Sin embargo, por el momento, no hay rezones para exagerar el pesimismo. Una tasa de crecimiento para Alemania del 1,7% para este año es todavía realista", concluyó Franz.
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